Entre otras muchas cosas, como una larga y sesuda amistad, a Jose le debo agradecer que me interesara por la literatura de no ficción. Términos que no sólo no son contradictorios sino que autores como Kapuscinki han hecho más que complementarios. El interés profesional de Jose por la economía, compartimos estudios hace mucho tiempo, se une a su afán por estudiar la historia que se junta con el mío por leer las historias (menos mal que no hablamos inglés, lo que nos permite este juego de palabras que sería imposible con Hystory y Story).
Esta simbiosis la tenía clara el joven periodista que viajó con Historia de Heródoto haciendo maridaje de esa historia nuestra con su viaje por un mundo contemporáneo que desde su Polonia a través de la India. En Viajes con Heródoto (2004 en su primera edición polaca) los personajes clásicos nos ayudan, le ayudan, para entender lo incomprensible de un mundo que le ofrece una información para la que no tiene capacidad de digerir, ni software para entenderlo. Esto le sucede al lector que se encuentra tan cómodo con Heródoto que le permite no extrañarse ante el presente.
No es con Heródoto sino con él mismo con quién viaja a través de la Unión Soviética. De 1939-1967 y de 1989 a 1991. Esto nos lo describe en El imperio (Anagrama 2002-2007).
Parece que si no es policíaco necesitamos viaje. Me refiero al género de la narración que en este caso, a veces, deseamos que sea ficción, tanto la de Heródoto como la de Kapuscinki. En los dos casos tenemos a estos viajeros que son capaces de hacernos pasar con el interés de la ficción lo que parte de una realidad que siempre es filtrada a través de los ojos, no inocentes, formados en en una cultura. Todo esta para hacer que nuestra mirada sea más precisa y atienda a matices que previos a la lectura ni concebíamos. De esta forma nos acercamos a la aventura de una inmensa e inabarcable realidad con un lenguaje que informando emociona.
Anagrama se publicita así:
Anagrama se publicita así:
Viajes con Heródoto
Kapuscinski, Ryszard
Años cincuenta: mientras recorre la Polonia profunda, un Kapuscinski aprendiz de reportero vive obsesionado con cruzar la frontera. No viaja a Checoslovaquia, pero, a cambio, la redacción del diario en el que trabaja lo envía a... la India. El flamante corresponsal parte con un sólo libro, la Historia de Heródoto, que resultará decisivo para la formación (profesional y personal) del futuro gran autor. Viajes con Heródoto se revela como un libro de difícil clasificación. ¿Es un reportaje? A ratos. ¿Un estudio etnográfico-antropológico? En parte sí. ¿Un libro de viajes? También lo es. ¿Un homenaje al Heródoto protorreportero y a la calidad de su prosa? Desde luego.Y todo plasmado en magníficas historias no ficticias en las que los soldados de Salamina conviven con un niño sin zapatos en la Varsovia de 1942, Jerjes con Dostoievski, Creso con Louis Armstrong. Y el maestro Heródoto con su discípulo Kapuscinski, el mejor reportero de nuestro tiempo y un grandísimo escritor.
ISBN 978-84-339-2577-0
Nº de páginas 312
Traducción Ágata Orzeszek.
Así nos lo publicita Lecturalia:
El Imperio de Ryszard Kapuscinski:
Ryszard Kapuscinski realizó entre 1989 y 1991 un largo viaje por los vastos territorios de la Unión Soviética. En esos años decisivos, cuando el imperio presentaba ya síntomas de derrumbe, este implacable cronista de su siglo visitó quince repúblicas y habló con cientos de ciudadanos acerca de las extraordinarias experiencias que les había tocado en suerte vivir, y el terror del cual estaban saliendo. Este libro (donde también se relatan las primeras incursiones de Kapuscinski en la Unión Soviética, entre los años 1939 y 1967) es el producto de una carrera para atrapar las memorias de los anónimos protagonistas de la Historia antes de que los terribles y pasmosos acontecimientos de esos años entren para siempre en el pasado. Kapus´cin´ski nos cuenta el derrumbe de este imperio con el íntimo conocimiento que le otorga ser un ciudadano polaco cuyo propio país fue una de las colonias periféricas de dicho imperio.
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