viernes, 28 de abril de 2017

"Y tu no regresaste" de Marceline Loridan-Ivens.



 Babelia, separata literaria de 

El País nos introduce el libro de la tertulia de la competencia.




Carta al padre

Loridan-Ivens hace frente al triunfalismo francés para señalar una posguerra “amnésica y antisemita".





Carta al padre

El pequeño libro de Marceline Loridan-Ivens reúne algunas impresiones y recuerdos de su deportación a Auschwitz-Birkenau cuando contaba 15 años. Esta autobiografía en forma de carta a su padre, con el que fue detenida en 1944 y al que sobrevivió (de ahí el título del libro), sirve de respuesta emocionada a la nota que él consiguió hacerle llegar estando los dos ya recluidos, con el peligro que ello entrañaba. Por otro lado, desde el punto de vista histórico, se enmarca en el revisionismo sobre el papel que desempeñó Francia durante la II Guerra Mundial.
Frente al relato triunfalista que se construyó al terminar la contienda, según el cual el país se había liberado gracias a una resistencia prodigiosa, los revisionistas han subrayado la colaboración con los alemanes, y no solo la del Gobierno títere de Vichy (la llamada Francia Libre).Para la autora fue “una posguerra amnésica y antisemita que se regodeaba en el cuento de una Francia heroica, y que hundía cada uno de mis recuerdos a golpe de negación”. Cabe interpretar Y tú no regresaste como un acto de rebeldía individual, de reivindicación de la memoria íntima frente a la historia pública que se transformó en relato oficial y que ha prevalecido entre los franceses.
Sin embargo, el libro es mínimo —tal vez en aras del lirismo— y pasa por alto muchos detalles que creo que a los lectores nos hubiera gustado conocer sobre la vida de la narradora. Con ellos el volumen se habría parecido más a un clásico del género como Si esto es un hombre, de Primo Levi, y menos a las llamadas misery memoirs. El trasfondo es igualmente turbador. La voz constante de la narradora avanza hasta llegar a la conclusión de que el “mundo es un mosaico horrendo de comunidades y religiones empujadas a los extremos. Y cuanto más se acalora, más avanza el oscurantismo y más apunta hacia nosotros, los judíos. Ahora sé que el antisemitismo es un elemento permanente”.
Es un campo de concentración no sorprende, pero tampoco reviste autoridad más allá de la que le dan los sentimientos. La elevación del antisemitismo a la categoría de universal solo se justifica por esa sinécdoque voluntariosa de la historia que va logrando que en planes de estudio y legislaciones se sustituya una parte de la historia (el Holocausto) por el todo en que se enmarca (la II Guerra Mundial). Así lo explicaba en estas páginas un escritor israelí no hace muchas semanas: “Hemos construido un muro y vivimos dentro con una fuerte sensación de paranoia que nos lleva a ver amenazas vitales por todas partes”. Loridan-Ivens tiene razones sobradas para ver amenazas, y es penoso constatar una vez más que el nazismo logró desasimilar por completo a los judíos europeos que lo sobrevivieron y, probablemente, también a sus descendientes. Esta triste epístola da cuenta de ello.

Y tú no regresaste. Marceline Loridan-Ivens. Traducción de José Manuel Fajardo. Salamandra. Barcelona, 2015. 92 páginas. 14,95 euros.
      Hace mucho tiempo que no leo para aprender nada, pero a pesar de mi carencia de intenciones formativas, las lecturas parecen hacen  más compleja mi comprensión de la realidad. Hace tiempo que leo por y para el disfrute, por lo que una novela-carta sobre los campos de exterminio no parece una invitación interesante. De entre los placeres de la lectura me parece a destacar el de re-vivir emociones que me hacen re-vivir en mí otras vidas que me hacen compleja una realidad de la que podría ser plana a formar  valles y montañas para disfrutar en sus angosturas. Alberto se mereció el respeto de seguir su sugerencia de leer lo que parece una obra dentro otro subgénero: el homenaje novelado a la muerte de un progenitor con recreación del contexto histórico. Milena Busquets con También esto pasará o Hector Abad Faciolince con El olvido que seremos nos ofrecían sus emociones, sin recargar las tintas, en un contexto histórico determinado y descrito.
    

miércoles, 19 de abril de 2017

Incendios.

      Nieves me comentó la película Incendies. Le resultó sorprendente y sugerente pero a mí no me dejo especial recuerdo. Carolina nos invitó a verla en la su casa. Tras muchos intentos, frustrados por el cansancio y el sueño producido por la horizontalidad, puede ver la peli.
       Denis Villeneuve dirige una preciosa película que encuadra en unos paisajes muy abiertos una historia, varias historias, que tras un adelgazamiento de la obra original (lo comprobaríamos más tarde) no se descentra de los temas principales ni pierde la intriga ni la sorpresa de su acción. La película sugiere, pero en esas sugerencias quizás se pierda algo de la riqueza de matices que puede ofrecernos. A cambio nos muestra imágenes de fuerza estética que transmiten el contexto sin abusar de efectismos innecesarios.
      Pepa, motivada por la película sugirió la idea de ir al Teatro Guimerá a ver la obra de teatro. Ahí descubrimos que se trata de una obra dramática original escrita por, para y desde el teatro. Nuria Spert utiliza su profesionalidad y un apuesta en escena nada aparatosa pero muy efectiva para realizar los subrayados dramáticos que el teatro requiere y que, debido a la sobredosis cotidiana de material audiovisual, nos puede resultar excesivo, incluido el precio de la entrada. Estrenada en territorio español por primera vez en catalán, la pudimos ver en su versión castellana con Laia Marull, Ramón Barea, el tinerfeño Álex García... y pronto podremos ver Forêst, la siguiente de la trilogía.
        Wadji Mouawad nos presenta sus experiencias trágicas en su Líbano natal desde un neutro Canadá en el que desarrolla, crece y madura sus obras de creación de forma colectiva. Lo reposado de la lectura parece que supera en la capacidad de suscitar reflexiones serenas a los demás medios en que otros recursos técnicos y dramáticos no parecen llegar a poder hacer la competencia al lápiz y papel. La obra parece organizarse mediante la oposición de personajes con o sin otro personaje que hace de bisagra, de esta manera las ideas se desarrollan mediante un diálogo socrático en el que la oposición genera el descubrimiento del conocimiento y, así, el desarrollo de la obra. Ya leemos Forèst y Littoral con los que Incendies forma la trilogía.






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"La biblioteca de los libros rechazados" de David Foenkinos.





Presentamos la novela de la próxima tertulia mediante la nota de prensa de Europa Press:

Foenkinos novela 'La biblioteca de los libros rechazados': "En literatura, no puedes tener éxito solo con márketing"


     

El escritor David Foenkinos vuelve al humor con su novela 'La biblioteca de los libros rechazados' (Alfaguara), en la que reflexiona sobre el éxito literario y la imposibilidad de alcanzarlo "únicamente con márketing".
Foenkinos abandona el tono serio de su anterior obra 'Charlotte' para abordar un hecho imaginado "pero que no sería descabellado" que pudiera suceder en nuestros días. El pizzero Henri Pick fallece, dejando como legado la novela 'Las últimas horas de una historia de amor', un libro que terminará convertido en 'best seller' gracias a la labor de la joven editora Delphine.
Lo curioso de este éxito póstumo es que Pick no leyó ningún solo libro en su vida y tendrá que ser su viuda Madeleine la que dé la cara para defender su obra ante las sospechas de que finalmente el pizzero no fuera el autor de esta obra maestra.
La historia recuerda a otros libros que alcanzaron fama y ventas por circunstancias parecidas, en especial 'La conjura de los necios' de John Kennedy Toole, que aparece en las páginas de la novela. "Son historias que se repiten en el tiempo, no solo de nuestra época: a los lectores les ha interesado siempre la historia que hay detrás de los libros", ha indicado.
Foenkinos ha destacado en un encuentro con periodistas que la figura que inspiró este trabajo fue la de la fotógrafa Vivian Maier, una cuidadora de niños que fotografió a miles de personas y nunca tuvo el reconocimiento artístico hasta años después de su muerte.
"Vivimos en un mundo en el que parece que uno tenga que ser conocido, salir a la luz...Cuando preguntas a un adolescente qué quiere ser de mayor, te dice que famoso, pero es que eso no es una profesión. Al ver la obra de Maier, te das cuenta de que era una fotógrafa extraordinaria y nunca intentó exponer su obra: la creación tiene que ser una necesidad personal", ha lamentado.


LITERATURA Y VIDA
Foenkinos ha escrito este libro teniendo en cuenta que "nunca" le han rechazado ningún manuscrito, lo que supone que hablar de rechazos editoriales para él sea "como escribir sobre la felicidad en el amor cuando uno es desgraciado". "Hasta los 16 años no tuve ningún contacto con la literatura y, a raíz de una grave enfermedad, comencé a interesarme. Seis años después, Gallimard aceptaba mi primer manuscrito, ha explicado.
En cualquier caso, el escritor francés tuvo claro a raíz de esa enfermedad que los libros no son "lo único importante en la vida" y, por lo tanto, no es el éxito lo que más le preocupa. "Vives mejor con el éxito que con el fracaso, está claro, pero la literatura es menos importante que la vida. Prefiero a mis hijos que a la literatura, por ejemplo", ha defendido.

COMIENDO UNA PIZZA
Aún así, el autor sí que tiene alguna obra que le ha "cambiado la vida", como ocurrió con Charlotte Salomon, inspiración de su anterior libro. "Trabajé de forma obsesiva durante diez años en esta artista olvidada y mis libros antes de 'Charlotte' eran de manera diferente. Ahora quería algo más ligero y durante un año pensé que iba a ser mi último libro, pero un día comiendo una pizza todo volvió a funcionar", ha bromeado.
Al igual que con 'La delicadeza', esta novela tendrá su adaptación en la gran pantalla, pero no contará con la participación del propio Foenkinos como en la anterior. Preguntado por su biblioteca, el autor ha admitido que tiene "miles" de ejemplares, de los que muchos "nunca serán leídos" por él. "Cuando uno es joven quiere conocerlo todo, pero es una ambición imposible. Ahora leo menos y releo las cosas que me gustan", ha concluido.





    Tras leer la novela, sin pretender adelantar nada que pueda fastidiar la lectura, me gustaría describir el tono buenista de subrayado de los buenos sentimientos y optimismo ante la vida, el ser humano y el futuro. Esto lo resumió Isabel diciendo que en esta novela todos consiguen lo que quieren(creo que alguno se queda soltero pero con buenas perspectivas de futuro). Aunque parezcan objeciones, no lo son, sino que constituyen los ingredientes que este novelista (en La delicadeza también cineasta) entremezcla en esta más elaborada ficción con el fondo de los temas del marketing, la fama, el éxito, los deseos y, algo muy diferente, los caprichos. 
     En la nota de prensa de Europa Press que más arriba publicamos el autor nos descubre la importancia cen el proceso creativo de una pizza, una cotidiana comida, y el personaje inspirador de Vivian Maier. Esta cuidadora de niños anónima que nos legó una inmensidad de obras de arte en forma de fotografías que nunca expuso y que en muchos casos incluían, de forma modesta, su propia imagen nunca como centro de la no pretenciosa obra de arte.





"Nunca olvides que te quiero" de Delphine Bertholon

     A veces me sale por la boca lo que ni siquiera tengo en la cabeza. Tras tantos te quieros, más si están en los títulos de los libros, la repugnancia por el dulzor excesivo me hizo decir fuerte mierda a un alumno que me dijo que se estaba leyendo este libro. Ante la evidente ofensa al buen gusto literario de Lenny y su sugerencia no me quedó otro remedio que leerme la supuesta fuerte mierda. 
      Los personajes no sólo son sugerentes, sino que incluso lo son más en la medida en que no son sometidos a situaciones extremas. Así la joven secuestrada nos muestra en su situación de presión los complejos y carencias afectivas de su secuestrador. El síndrome de Estocolmo se manifiesta en cierta simpatía por el secuestrador, sin abusar de esto, y comprensión por las dificultades que le impiden un desarrollo afectivo que no limite su capacidad de felicidad. Las producciones artísticas de la protagonista nos muestra como se desarrolla su vida interior para compensar las presiones externas.
     La madre que echa de menos a su hija escribe largas cartas que alimentan su fe en un futuro encuentro al tiempo que relatan las relaciones con su pareja (un eros y thanatos intenso y productivo) y con su padre que sufre con un dolor especial la ausencia de su nieta.
        El personaje que no parece tener una relación directa con la víctima es el que nos ofrece una visión de cierta distancia respecto a los sucesos. Así las peripecias afectivas y amorosas le dan un tono más heterogéneo al relato al tiempo que nos ofrece una antítesis de la joven secuestrada que vive su libertad y crea un futuro en el que podrían coincidir varios de los personajes descritos.