jueves, 4 de agosto de 2016

"6 amores de mujer de los 15 a los 70 años" VV AA.

       María José me aconsejó este libro que tras el título, tan descriptivo y poco original, nos ofrece 6 relatos que sólo parecen tener en común la heterogeneidad. 6 autores diversos con una manera distinta de afrontar el tema del amor no excluyendo, a pesar del título, la perspectiva masculina (si es que la hay). La aparente sencillez hace que podamos denominar a estos relatos como cuentos, si alguno puede escapar a esta denominación de manera que pueda llegar a ser una protonovela sería El mejor perfume de mujer. Se ordenan pro criterio de edad de las supuestas protagonistas parecen esconder un crescendo que culmina con el cuento inédito de Tenessee Willians. Por cierto, grave error en el índice al atribuir a Juan Manuel de Prada el relato de Marina Mayoral.
      en este primer relato la gallega Marina Mayoral nos relata los amores de una tímida, enfermiza y sensible adolescente que convierte (no es la única) la voz del cura en el reclamo que despierta sus ganas de amar y de dar largos paseos. Adios Antinea parece ser el boceto de un personaje a explotar partiendo del despertar callado de su sexualidad.
     Álvaro Pombo nos describe en Alma máter a una reciente universitaria que huye de la monótona existencia del hogar de sus progenitores, descritos desde la perspectiva de ella como poco interesantes, para pretender obtener lo que carece en un mediocre profesor que pretende desarrollar sus ridículas pretensiones artísticas mediante una sesión fotográfica que sólo puede provocar, de nuevo, la huida a ninguna parte.
     Carmen Martín Gaite nos describe la problemática de una pareja tras sufrir la muerte de su única hija. La espontánea excursión campestre de la esposa nos describe, casi de forma sociológica, las costumbres de los habitantes de la meseta en busca de lago de fresco fuera de la urbe. Lo que queda enterrado nos enriquece lo gris de lo íntimo con la falta de opciones de los social, amarguras ambas que se pretenden mitigar con la búsqueda de un fresco que sabe a oxígeno.

      Alicia Giménez Bartlett nos ofrece el más complejo de los relatos, con una recreada atmósfera de soledades compartidas en bares, de rituales de preaparejamiento, del desencanto de lo previsible, pero de esperanza descreída. La asfixia de la cuarentena y el desencanto de las parejas pasadas no amputan el impulso para intentar el siguiente fracaso. El mejor perfume de una mujer es el grito desesperado reivindicando lo primario, el placer instintivo, el gusto del deseo, de sentirse deseado.

     Isabel Clara-Simó nos relata en su cuento una anécdota que desata el deseo y pone de manifiestos unas carencias que la comodidad cotidiana camufla. La utilización, puede que accidental, de la lengua en un beso desenmascara los deseos de una señora que es capaz de destruir para negar-negarse ese ardiente iceberg que constituye su deseo. Deseo de deseo es la victoria de la no humanidad, de la no animalidad, de la nada cotidiana en la que sólo reina el dinero.



    Tennessee Williams cierra el libro con el más emocionante delos relatos. Amor, peli de Haneke, invierte los géneros de los protagonistas pero la vejez, el sufrimiento de la consciencia de lo irreversible dela decadencia no sólo no impiden al amor, sino que detona el tranquilo emerger de los sentimientos. En Arena la comprensión ante la ingratitud nos manifiesta que ésta no es sino un síntoma más de la impotencia, de no poder aceptarse como una carga ¿sólo una carga?