jueves, 20 de noviembre de 2014

Ver nos ayuda a imaginar. "El beso de la sirena negra" de Jesús Ferrero.

Cuando vemos la película basada en un libro ya visto sentimos traicionada nuestra imaginación, más si se pretende recrear en imágenes un poema, no así si se trata de una obra dramática ya que parece que su destino y finalidad es ser encarnada por personas. Nos hemos leído, sería lo conveniente, un libro con algunas ilustraciones y muchas descripciones de lugares y escenarios. Durante la lectura recordamos haber estado en alguno de estos sitios y evocamos su recuerdo o no los conocemos y reutilizamos materiales de la memoria para reconstruir esos posibles ambientes. He sentido la curiosidad de recurrir a internet para re-conocer algunos de estos lugares nombrados por el autor. Comparto con ustedes estas imágenes y espero que no correspondan con lo imaginado sino que sirvan para enriquecerlo.

P2"...abandoné la universidad y me perdí varios años por la vida hasta el día en que hallándome en un café del bulevar Saint-Michel, descubrí la salida a mí marasmo existencial..."

"Habíamos dejado atrás el Tamesis, cuyas aguas fluían tan suavemente que parecían detenidas y atrás también la torre de Londrés."

"...Jack se había dedicado a descuartizar a mujeres callejeras y aceptaba con resignación nuestro recorrido por Whitechapel. Pasear por la Hanbury Street, donde Jack the Ripper había asesinado a dos desdichadas, me producía una emoción casi vergonzosa."
P3"..estuvimos danzando por los bares del Soho. A las cuatro de la mañana me despedí de Jack en una parada de taxis de Oxford Street..."



P4"...me vi de pronto ante un edificio rodeado de glorietas, de un aire que me transportaba a la belle époque. Se tataba del hotel Victoria Palace."


P5"...nos dirigimos al restaurante del Real Club de Golf,...ubicado en la cima de una colina situada en el corazón del campo de golf,...era amplio y poseía grandes ventanales proyectados hacia el monasterio."

P7"..nos adentramos en el barrio de Abantos. Fuimos subiendo por una calle empinada en la que crecían espléndidos tilos..."




P9"...una casa junto a una laguna y una psarela. Más allá del jardín de la casa se divisaba un rótulo. Tres patos volando enmarcaban un letrero en el que decía PARQUELAGOS."


P10"Según me iba alejando de la casa fui tomando conciencia de que el lugar en el que me hallaba era una sucesión de planos, como las gradas de un teatro griego, en torno al monasterio. Los planos conformaban un juego barroco que podía provocar cierta confusión. A veces no sabías en qué plano estabas, a veces el monasterio parecía estar suspendido en el aire, a veces sumergido."



 P19"Volví a tener pesadillas, aunque menos agobiante que la de la noche anterior. Veía a Alize y a Silvio paseando al atardecer por los jardines laberínticos que no se acababan nunca. Se parecían a los de  Marienbad, pero también a los de San Lorenzo...nada más levantarme, tomé una taza de té y pase´más de una horaI meditando junto a la ventana que daba a los jardines de Felipe  II en postura de medio loto."



P20"También la revista Gentleman hablaban del padre de Alize,...aparecían varias fotos en color del empresario ante la sede de sus negocios , junto a la mezquita de Madrid. Efectivamente, tenía los ojos acerados y se parecía, en más viejo al Hombre de los ojos grises de Tiziano."






P24"Amadeo vivía en una amplia buhardilla...desde la ventana del saloncito podía verse Notre-Dame, el río y un ángulo de la isla de la Cité, ya que la buhardilla se hallaba justo en la popa de la barca de piedra que es la isla de Saint-Louis.
 
 
 
 


Jesús Ferrero nos ambienta de primera mano a través de su blog http://www.clubcultura.com/clubliteratura/clubescritores/jesusferrero/blog/?cat=161&paged=2
 

…Desde hacía años tenía alquilado un estudio de dos piezas en el inmueble más modesto de la rue Cassini, que era sin embargo uno de los mejores situados,  pues se hallaba ante el Observatorio…
-El beso de la sirena negra, página 46-
…A ratos llovió, brilló el sol, se oyeron truenos. Como colofón a tanta prestidigitación,  al atardecer la ciudad empezó a hundirse en la niebla… La rue Cassini  parecía  una sucesión de luces sumergidas en la bruma cuando llegó Eva…
-La noche se llama Olalla, página 21-

La calle en la que vive Ágata Blanc debe su nombre al astrónomo Jean-Dominique Cassini, que dirigió el observatorio de París en la segunda mitad del siglo XVII. En la rue Cassini vivieron Balzac, Alain-Fournier, antes de sucumbir en la Gran Guerra, Jean Moulin y Robert-Jean Longuet, nieto de Carlos Marx.

En mi época de estudiante en París pasaba a menudo por la rue Cassini porque la primera vez que la crucé sentí una absurda sensación de déjà vu.  Se trata de una calle apacible y silenciosa, a pesar de hallarse en el centro de París, y su único negocio es una cervecería tan apacible como la calle y a la que acudo siempre que estoy en París.

Nunca imaginé que Ágata Blanc iba a acabar viviendo en esa calle tan amada y tan deseada por el estudiante que fui, aunque sabía que iba a ser la calle de alguno de mis personajes. Cuando Ágata empezó a perfilarse en mi horizonte mental ya no lo dudé. “Esta calle es para ti”, le dije, “si bien te voy a colocar en el inmueble más modesto, pues ni eres rica, ni hay muchas posibilidades de que llegues a serlo”.

(La noche se llama Olalla, segundo caso de Ágata Blanc, ya está en las librerías de Madrid y Barcelona
 
 

miércoles, 19 de noviembre de 2014

"El beso de la sirena negra" de Jesús Ferrero.

En esta ocasión nos valemos del ABC para presentar la novela de la próxima tertulia.

«El beso de la sirena negra»

Jesús Ferrero. Policiaca. Ed. Siruela (Madrid, 2009). 161 páginas
El escritor Jesús Ferrero /ABC
Publicado Miércoles, 27-05-09 a las 09:38
Jesús Ferrero siempre había querido hacer una novela negra, pero sus historias le habían llevado por otros derroteros. Hasta que dio, por fin, con la detective perfecta y el relato idóneo. "El beso de la sirena negra" es el resultado. La investigadora escogida es Ágata Blanc, con unos modos que recuerdan a Poirot, y que se desenvuelve con soltura en la cultura parisina y la madrileña (el autor ya está pensando en una trilogía con ella como protagonista). Ésta recibe el encargo de Lucía Valmorant de averiguar el paradero de su hija y a qué se dedica. Lucía pertenece a la alta aristocracia y Ágata presiente un oscuro secreto. Lo exquisito y lo terrible comparten cartel. Una combinación atractiva y explosiva, ingredientes que facilitan que el libro se beba de un trago.
"No le pido que indague en el alma de mi hija Alize, sólo le pido que averigüe dónde se encuentra y qué clase de vida está haciendo", le dice Lucía a Ágata. Extrañada ante la advertencia, Ágata desvela con sorprendente facilidad su paradero. Álize reside "glamourosamente" en un hotel en París.
«El beso de la sirena negra»Peligroso umbralEl problema viene con la segunda parte del encargo. Alize ha cruzado el umbral del deseo y la dominación (la mar de sugerentes sus referencias a "Alicia al otro lado del espejo" y a su autor, Lewis Carrol). Ante el espectáulo, Ágata se olvida de todas sus cautelas y decide asomarse al alma de Alize. Sucumbe a la tentación.
Como si de una caída al abismo se tratara, el ritmo a partir de este umbral se dispara. El freno de mano se suelta y ya no hay vuelta atrás. La locura y el deseo se muestran impúdidamente, sin ataduras, ni velos. Y nadie que contemple el lado oscuro en todo su esplendor sale indemne. Todos pagan por ello.
Jesús Ferrero narra de forma trepidante este peligroso viaje, en el que no se puede dar nada por sentado y en el que el dolor y el amor se confunden con la dominación y el sexo. Este libro, unido a su también reciente "Las experiencias del deseo: Eros y Misos" (XXXVII premio Anagrama de Ensayo), hace que surja una pregunta, ¿tan atraído se siente Ferrero por el lado oscuro? "No me siento muy vinculado a las pasiones oscuras, y aún menos al sadomasoquismo, pero sí que me interesa explorarlo. Me interesa hacer una exploración reflexiva de cualquier aspecto del alma humana, sobre todo los oscuros porque ahí están muchas de nuestras claves. ¿Si me he acercado al sadomasoquismo alguna vez? No, ni de lejos, pero sí que advierto que en nuestra conducta diaria hay mucho de sadomasoquismo. No hace falta que el otro tenga un látigo para ejercer dominios más o menos oscuros". Estremecedor.


       A pesar del tiempo frío, lluvioso y ventoso;  del paso del tiempo y de los accidentes nos reunimos los que salimos en las fotos en el restaurante libanés Malak. Abundante comida, en exceso y sin previo aviso, en la que destacaba la coliflor rebosada, los humus de berenjenas y garbanzos, carne, los postres con pistacho y miel, y el vino. 23 €.






         Los allí presentes además de quejarse del tiempo, del cansancio y demás males de la humanidad, también lo hicieron del libro. Tanto es así que Ángeles, proponente del libro y según algunos posible escritora negra del susodicho, excusatio non petita, accusatio manifesta, acompañó a su hija a una audición bien lejos de oír nuestros comentarios. En la sección hospitalaria se encontraban Begoña y Lourdes, desde allí, vía whats App mandaron sus comentarios que reproducimos tras las excusas de Ángeles:
     Ángeles comenta ...no lo escribí yo. Hay pasajes poco creíbles pero me interesa saber la opinión de ustedes porque mi sobrina tuvo que hacer un trabajo para la carrea. Aquí están esas opiniones.
     Lourdes nos cuenta, tras excusar su ausencia por enfermedad, que ...no respondió a mis expectativas. Demasiado forzado y rebuscado. No me lo creía. Los personajes femeninos de la detective Ágata y de Alize no me resultaban creíbles. A lo mejor es que yo soy demasiado simple---Y la historia sadomasoquista me producía rechazo. La historia no fluía...en fin, no me ha gustado.

De forma coincidente se manifestó Begoña: Estoy con Lourdes. Ni la trama era buena. Poco fluido, nada verosímil, precipitado final...lo único es comprobar como el aburrimiento de los ricos hace que se sumerjan en submundos cruzando el límite, el personaje cambió el traje de ejecutiva por el placer del sexo "oscuro" y dominante, placer  del dinero y dominación. Sumo los dos porque ella podía.
     Maive, in situ, única defensora del libro junto con Domingo, nos advertía de lo estéril de la pretensión de explicar mediantes conceptos racionales lo que formaba parte de la pasión y el deseo, y por lo tanto no elegible ni explicable y sólo entendible mediante la empatía. Esta justificación del planteamiento del autor venía al caso porque se cuestionaba la verosimilitud de la relaciones sexuales(incesto, sadomasoquismo, prostitución...). Parece que sí había acuerdo en considerarlas no placenteras sino desagradables.
     Domingo planteó que le interesaba la ambientación realista y no abusiva, así disfrutó haciendo una entrada con las localizaciones para este blog, no sólo del espacio sino de la época y, en especial de las condiciones sociales. Así retrata un estamento endogámico que no encuentra otra justificación para su supuesta superioridad que el dinero. Pero que estas creencias se esparcen de forma que se extiende no sólo a la nobleza con el consiguiente deterior de las relaciones humanas. Esto se muestra en la forma en que se pasa de ser un mero observador a ser partícipe de los valores de los observados, como es el caso de la detective Ágata. Admitiendo el libro la lectura a la manera de espejo-advertencia para comprobar en qué medida asumimos esos valores de superioridad en distintos contextos.
      El resto de los contertulios insistían en lo increíble y artificiosa de la trama y en lo enfermizas de las relaciones. El ritmo narrativo también fue cuestionado ya que les parecía que en ocasiones se desarrollaba la acción con mucha lentitud y en otras, como al final, se apresuraban, amontonándose, los acontecimientos.
     En conclusión podemos escribir que se trata de otra desilusión más y que Jesús Ferrero, en eta obra en concreto, no satisfizo nuestras expectativas. Para evitar eso se eligió, a propuesta de Ana, un  valor seguro que en septiembre de 2011 ya había propuesto Begoña: Tierra desacostumbrada de Jhumpa Lahiri. Nos veremos en enero del, ya próximo año, 2015 en La Comarca.  
     






martes, 4 de noviembre de 2014

"El ardor de la sangre" de Irène Némirovsky.


        A veces la historia de un libro es más novelesca que la historia que nos relata el libro. Si ya nos emocionamos con la Suite francesa por lo real de la historia y el sufrimiento que emanaba, ahora disfrutamos del producto del trabajo de investigación de dos biógrafos de Irene Némirovsky que, en colaboración con la hija, lograron reconstruir un manuscrito y ofrecérnoslo a la lectura. Lectura breve que se completa con la historia de la investigación y una biografía de la autora, en la que se citan alguna de sus obras.
          La agradable lectura de este culebrón rural francés contrasta con la historia de su autora. Tras la historia de las pasiones debidas a la temperatura sanguínea parece haber como una sospecha que nos hace pensar que hay como una mentira tras la aparente arcadia. Los personajes se transforman desvelándose tras un decapado en el que nos estimula un sentimiento lo más parecido a la piedad.