Ester propone para la tertulia amiga esta novela policíaca con sus muertes e investigaciones, pero con el aliciente de estar ambientada en la Atenas inmediatamente posterior a la muerte de Perícles. Por lo que a los valores propio del género de intriga, con más precisión thriller, con predominio de las acciones sobre los personajes, se les añada el introducirnos, a modo de novela histórica, en un ambiente y personajes históricos especialmente sugerentes. Así no sólo Sócrates y Platón sino los sofistas y logógrafos nos muestran sus ideas filosóficas desde una perspectiva vital y un ambiente privilegiado: Atenas clásica y, en concreto, las hetairas como Aspasia. Sin aburrir, nos introduce en las teorías de estos filósofos y en sus supuestas vidas cotidianas. Los debates sobre la justicia, democracia, bien y mal...coexisten con los crímenes y violaciones que, en algunos casos, se muestran con crudeza, desagradable pero con un pretendido juego de equilibrio entre sexos.
El País Cultural publicó este artículo de Martína Casariego ante la noticia de la temprana muerte de autor.
El País Cultural publicó este artículo de Martína Casariego ante la noticia de la temprana muerte de autor.
Ignacio García-Valiño, un escritor sin etiquetas
Transitó por génores muy diversos y fue finalista del Nadal 1998 con ‘La caricia del escorpión’
Ayer por la tarde me enteré con enorme consternación de que por la mañana, en Marbella, había muerto Ignacio García-Valiño (Zaragoza, 1968), víctima de la enfermedad contra la que luchó durante años.
Licenciado en Psicología, carrera que estudió en Madrid, empecé a leerle a partir de su segundo libro, La irresistible nariz de Verónica (1995, Premio José María Pereda), con el que se hizo un hueco entre los escritores que despuntaban en nuestra generación. Ese lugar destacado ya no lo abandonaría. En 1998 fue finalista del Premio Nadal con La caricia del escorpión, y en 2006 del Ciudad de Torrevieja con Querido Caín, una novela que sería adaptada al cine y en la que ahondaba en uno de sus temas favoritos, la maldad infantil, la maldad en estado puro. Era García-Valiño un escritor al que le interesaba analizar a sus personajes, indagar sobre su conducta, introducirse en ellos, sabedor, sin que ello le hiciera renunciar al suspense ni a la trama, de que la aventura es sobre todo un proceso interior. Sus libros, a veces de gran dureza, suelen estar bañados por el humor, como forma de compensar lo sórdido o lo atroz. Valiente sin ser temerario, no rehuía probar cosas nuevas, porque sabía que lo importante de escribir es, simplemente, escribir. Ni más ni menos. Gozó del privilegio —pero un privilegio ganado por él mismo, pues nadie lo regala— de escribir lo que le apetecía, sentía o necesitaba, sin pensar en el público, en los críticos o en las modas, aunque sí en los lectores o, mejor dicho, en el lector que era él. Firmó así, además de novelas y libros de relatos, guiones (era un cinéfilo confeso), un hermoso álbum ilustrado para niños, Yago, el cocodrilo vegetariano, o un ensayo sobre adolescentes conflictivos, Educar a la pantera, apoyándose en su experiencia como orientador educativo. Era capaz de escribir en primera persona desde la mente de una mujer de mediana edad, o demostrar que no hay géneros menores y publicar excelentes novelas históricas, justamente reconocidas por la crítica, como Urías y el rey David y Las dos muertes de Sócrates, o una novela juvenil de gran calidad, como Pablo y el hilo de Ariadna. Cuando salían de sus manos, tales etiquetas, "histórica" o "juvenil", perdían su sentido.
En marzo nos convocó a varios amigos para cenar en Madrid, cosa que hicimos en una casa de comidas acorde con nuestra respetabilidad y nuestro presupuesto de escritores. Luego tomamos una copa. Había venido a presentar su última y esperada novela, El ruido del mundo. Estuvo animado, simpático, con esa mirada levemente irónica, indagadora y cariñosa que le caracterizaba. Nada hacía pensar en que su salud fuera mala. Hace muy poco volvimos a vernos. Parecía contento, y no imaginamos que el desenlace fatal estuviera tan próximo.
Privados demasiado pronto del placer de su compañía, nos quedan los recuerdos y un suficiente número de excelentes novelas como para que sigamos conversando. Ignacio, Nacho, deja el ruido del mundo, y por un momento el mundo se vuelve más silencioso, aunque no más apacible.
El Mundo.es nos ofrece esta entrevista abierta en la web.
Licenciado en Psicología, carrera que estudió en Madrid, empecé a leerle a partir de su segundo libro, La irresistible nariz de Verónica (1995, Premio José María Pereda), con el que se hizo un hueco entre los escritores que despuntaban en nuestra generación. Ese lugar destacado ya no lo abandonaría. En 1998 fue finalista del Premio Nadal con La caricia del escorpión, y en 2006 del Ciudad de Torrevieja con Querido Caín, una novela que sería adaptada al cine y en la que ahondaba en uno de sus temas favoritos, la maldad infantil, la maldad en estado puro. Era García-Valiño un escritor al que le interesaba analizar a sus personajes, indagar sobre su conducta, introducirse en ellos, sabedor, sin que ello le hiciera renunciar al suspense ni a la trama, de que la aventura es sobre todo un proceso interior. Sus libros, a veces de gran dureza, suelen estar bañados por el humor, como forma de compensar lo sórdido o lo atroz. Valiente sin ser temerario, no rehuía probar cosas nuevas, porque sabía que lo importante de escribir es, simplemente, escribir. Ni más ni menos. Gozó del privilegio —pero un privilegio ganado por él mismo, pues nadie lo regala— de escribir lo que le apetecía, sentía o necesitaba, sin pensar en el público, en los críticos o en las modas, aunque sí en los lectores o, mejor dicho, en el lector que era él. Firmó así, además de novelas y libros de relatos, guiones (era un cinéfilo confeso), un hermoso álbum ilustrado para niños, Yago, el cocodrilo vegetariano, o un ensayo sobre adolescentes conflictivos, Educar a la pantera, apoyándose en su experiencia como orientador educativo. Era capaz de escribir en primera persona desde la mente de una mujer de mediana edad, o demostrar que no hay géneros menores y publicar excelentes novelas históricas, justamente reconocidas por la crítica, como Urías y el rey David y Las dos muertes de Sócrates, o una novela juvenil de gran calidad, como Pablo y el hilo de Ariadna. Cuando salían de sus manos, tales etiquetas, "histórica" o "juvenil", perdían su sentido.
En marzo nos convocó a varios amigos para cenar en Madrid, cosa que hicimos en una casa de comidas acorde con nuestra respetabilidad y nuestro presupuesto de escritores. Luego tomamos una copa. Había venido a presentar su última y esperada novela, El ruido del mundo. Estuvo animado, simpático, con esa mirada levemente irónica, indagadora y cariñosa que le caracterizaba. Nada hacía pensar en que su salud fuera mala. Hace muy poco volvimos a vernos. Parecía contento, y no imaginamos que el desenlace fatal estuviera tan próximo.
Privados demasiado pronto del placer de su compañía, nos quedan los recuerdos y un suficiente número de excelentes novelas como para que sigamos conversando. Ignacio, Nacho, deja el ruido del mundo, y por un momento el mundo se vuelve más silencioso, aunque no más apacible.
El Mundo.es nos ofrece esta entrevista abierta en la web.
Autor de obras como 'Urías y el rey David', o 'La caricia del escorpión' por la que fue finalista del Premio Nadal en 1998, Ignacio García-Valiño regresa al panorama literario con 'Las dos muertes de Sócrates', una novela en la que se entremezcla la historia, la muerte y el misterio, transportando al lector a la Atenas del siglo V a.C.
Ha estado con nosotros ...
30 de Septiembre de 2003Ignacio García-Valiño
1. Lo primero y lo último y lo único que leí de usted fue «La caricia del escorpión» y me gustó. Dígame por qué habría de leer «Las dos muertes de Sócrates» y ponerle otro punto a usted como autor (y a mí como lector). Gracias.
Creo que esta novela es más ambiciosa y trabajada, y también tiene un argumento en el que está muy presente el sexo. También es una novela actual, aunque esté en el contexto de la Atenas del siglo V
2. Hola Nacho, cómo ha sido el trabajo de documentación en esta novela? Qué te atrae de la Atenas del siglo V A.C? He leído "Urías" y me entusiasmó. Felicidades.
Tiene muchos puntos en común con Urías: un personaje muy "moderno" y escéptico que se convierte en cronista y testigo de unos hechos. Precisamente, Urías es mi punto de partida, es el mismo espíritu el que quería recoger. En este caso, el prota es un sofista, un hombre agnóstico, escéptico y pragmático en una sociedad muy religiosa.
3. ¿Cual es el Sócrates fuera de Platón? Desde la librería novelaria Bilbao.
¿El Sócrates fuera de Platón? Creo que Platón nos dio una versión apologista, fue un hagiógrafo, un discípulo rendido, hizo el evangelio de Sócrates. Falta la versión del otro lado, la de un sofista, que vendría a ser como el evangelio de Cristo según un historiador romano. Yo apuesto porque este Sócrates era un tipo muy arrogante, que se las daba de ser el más sabio, un hombre en el fondo dogmático y con unas ideas políticas reaccionarias: antidemócratas y filoespartanas. Es decir, Platón lo puso como un santo y yo lo veo como un gran filósofo que fue muy dañino en su época.
4. ¿Por qué cree que la crítica le trata mejor que el público? ¿Cree que sus novelas no son aptas para todos los públicos?
No es cierto que no tenga público. Espero tener más con esta novela
5. ¿Por qué tantos años de silencio desde tu último trabajo?
Estos cuatro años he estado empleado en pensar esta novela, documentarme y escribirla. ¡No se hace esto en 6 meses! Ojalá pudiera escribir tan rápido como Stendhal, pero no tengo ese don.
6. No crees que ya está un poco gastado el tema de la novela negra ambientada en la antigua Grecia? Has leído La caverna de las ideas? Tienes alguna?
No tiene nada que ver con La caverna de las ideas, una buena novela pero que está ambientada en Atenas como podía estarlo en la edad media o en cualquier otra época, pues lo que narra es una trama detectivesca y punto. En la mía el contexto cultural, político y filofófico es parte de la trama, los personajes son reales y hay una relectura de lo que ocurrió en torno al juicio y la muerte de Sócrates, una tesis más o menos verosímil, más o menos literaria, pero la trama detectivesca aquí no es más que la excusa argumental para enganchar al lector y hacer avanzar la trama
7. «También es una novela actual, aunque esté en el contexto de la Atenas del siglo V », dice. ¡No me diga más! ¡Usted se ha dicho «voy a montarme una historia como la de Eco con «El nombre de la rosa». Un policiaco de época». ¿Eh o no eh?
Ojalá pudiera comparárseme con Umberto Eco. La comparación no me disgusta, aunque no creo merecerla. Pero no tenía en mente esa novela que me gustó tanto, aunque sí recordaba que Eco no traducía sus frases en latín, y eso es una gran idea: yo tampoco he querido explicar muchos conceptos filosóficos, doy por hecho que el lector es suficientemente inteligente y culto. No escribo para lectores que buscan evasión y didáctica histórica
8. Hola Ignacio, soy licenciado en Filosofía y me gustaría saber si el espíritu crítico que cartacterizó a la doctrina y vida de Sócrates es compatible con la sociedad competitiva actual, es decir, ¿es gratificante llevar una existencia crítica sin pagar las consecuencias en forma de inadaptación en igualdad de condiciones o incomprensión del entorno?
Sócrates era un vendedor de esperanza, un gurú, un predicador callejero, un tipo que te aseguraba que había una verdad salvadora, que tu llevas dentro. Yo no trago con ese rollo. Para mí no hay certezas, ojalá las hubiera, y de hecho las busco, pero no me valen las de Sócrates. Me quedo con el relativismo escéptico del sofista, el que busca en una habitación oscura un tesoro que no existe, pero sueña con encontrarlo, aunque sabe que no hay nada.
9. ¿Hasta que punto has dejado a un lado el rigor histórico para concentrarte en que la historia no pierda su hilo argumental?
Me ha preocupado mucho el rigor histórico para hacerla verosímil incluso para los que conocen bien esa época, y sobre todo me ha preocupado encontrar un enfoque interesante, que eluda los tópicos sobre Grecia (religión, arte, homosexualidad) para centrarme en una visión más personal, más moderna. Claro que el hilo argumental nunca hay que perderlo de vista, es importante que tú, como lector, tengas siempre claro qué persigue el prota, a dónde quiere ir a parar, cuál es su conflicto, cuál es su reto, con qué dificultades tropieza, cuál es su lucha... Todo esto es estructura, argumento. Y eso es importante para que la trama apasione
10. Tu novela nos muestra parte de nuestra ancestral cultura griega. ¿Crees que con los nuevos planes educativos, cada vez olvidamos antes de dónde venimos?
Yo estoy de acuerdo con la Ley de Calidad en lo que toca a mejorar el nivel de exigencia (repetición de curso, itinerarios, etc) porque ahora los chichos salen analfabetos de la ESO y el nivel es paupérrimo. Deploro la apuesta por la escuela privada y concertada (dejando las aulas públicas llenas de inmigrantes) y también creo que es un gran error dar más peso a la religión católica (a costa de sacrificar otras cosas) ¡Pues no estamos en un estado laico, coño?
11. ¿La historia que plantea en '"La muerte de Sócrates" pretende plasmar un incipiente feminismo en Atenas?
Incipiente, eso es. Porque no se puede entender ese feminismo como se entiende ahora, claro. Era un primer gérmen en una sociedad patriarcal, donde la mujer estaba confinada en el gineceo. Pues bien, mi tesis es que hubo un prostíbulo donde las mujeres eran -aunque putas- más libres, independientes y tenían acceso al mundo masculino (la cultura, el poder,...). Existen datos que inducen a pensar que esta tesis no es tan descabellada.
12. ¿En qué se basa para ofrecer una nueva hipótesis de la muerte de Sócrates? ¿Pura imaginación?
Hechos históricos. ¿Fue un juicio religioso, como nos cuenta Platón, o hubo algo más? ¿Por qué aceptó con tanta serenidad la cicuta, cuando se le brindó una condena de exilio? ¿Por qué su defensa fue casi suicida? ¿Por qué no huyó de la cárcel cuando sus amigos le brindaron un plan de fuga? Bueno, aquí hay muchos interrogantes sin resolver. Creo que existen otras interpretaciones que no cuenta Platón.
13. Hola, Ignacio. Ha pasado tanto de la gira del Nadal, que me gustaría saber si has firmado la paz con Lucía Etxebarria... o si vas a publicar el diario de la gira algún día.
Yo suelo decir que lo mío con Lucía más que un noviazgo fue un matrimonio: todo el día discutiendo y sacando lo peor de nosotros (ella sabía cómo hacerlo). En fin, fue una relación bastante extraña y destructiva. Escribí un diario para sanearme el coco y no sucumbir a sus arrebatos y excentricidades, pero luego no creí conveniente publicarlo. Prefiero que se me considere un autor serio, ya hay bastantes cronistas de la prensa de la bragueta.
14. ¿De quién se considera usted deudor como escritor?¿Y como lector?
Deudor de muchos, ¡de demasiados! A veces me preguntan por mis gustos en materia de novela histórica, y entonces hablo de mi pasión por Marguerite Yourcernar, o por Mujica Láinez (Bomarzo, etc). Pero son muchos los clásicos que me gustan. Quizá el que más me marcó cuando empecé fue Cortázar.
15. Su próxima novela, será actual y pop como La caricia del escorpión o ha decidido usted tirar por el camino culturalista de por vida?
¿Culturalista? No me considero un cultureta. Hago lo que me gusta, no voy de nada, ni menos de culto. Escribo sobre los temas que me apasionan. Y esta novela la escribí no para demostrar lo que sé, sino para aprender a medida que leía y escribía. La novela era la excusa para profundizar en una cultura que me gusta mucho, para acometer tantas lecturas pendientes y enriquecerme. No para contar mis vivencias, sino para tener la experiencia de contarla.
16. ¿Cuánto darías por media docena de buenas críticas en los principales periódicos?
Yo creo que por lo menos les invitaría a cenar en un buen restaurante, pero si no son muchos, porque mi pecunio anda un poco ligero de bolsillos. Si hay entre ellos a alguna mujer atractiva, tal vez le haría otras proposiciones
17. ¿Cómo has recalado en Alfaguara? ¿Acabaste mal con los de Destino?
No, en Destino me trataron bien, pero debo decir que no acogieron esta última novela con mucho entusiasmo. Fue época de muchas reestructuraciones, cambios de plantilla, etc, y eso siempre lo paga el autor. En Alfaguara recibieron mi novela con mucho más entusiasmo. Se la ganaron en la puja. Y hasta ahora me tratan muy bien.
18. ¿Cómo se ganaría hoy la vida Sócrates?
Yo creo que escribiría libros de autoayuda, tipo: menos Prozac y más Yo. O a lo mejor se colaba en la tele, en uno de esas tertulias de sobremesa, tendría su propia sección, claro, consejos para vivir mejor, o para encontrar la vida buena. Sería un crac, quién lo duda.
19. ¿Te alivia saber que se ha pasado ya el boom de los escritores jóvenes, durante el cual se os hacía más caso, o temes perderte entre tantas novelas escritas por narradores "maduros"?
Es un alivio saber que ya ha pasado de moda, y no te van a preguntar si te inscribes en la línea de Mañas o de Loriga. ¿Perderme? Todos estamos perdidos. Llegamos ya perdidos entre la multitud. Sólo esperamos a que alguien nos encuentre entre tanta espesura.
20. ¿Qué opinas de la novela negra española? ¿Por qué crees que, según dicen, últimamente está viviendo un momento álgido?
Ni idea, te lo juro.
21. Hola Ignacio, cual es tu parentesco con la familia Moro Garcia -Valiño creadores de la familia Telerin. Un saludo.
No lo sé exactamente, pero somos familia. García-Valiño es un apellido compuesto que lo unió mi abuelo, Rafael García Valiño, que fue un famoso militar en la guerra Civil, y luego fue alto comisario en Marruecos, cargo que le dio franco porque Rafael nunca estuvo interesado en política, ni estaba de acuerdo con que Franco ni ningún otro militar tomara las riendas del país, tras el fin de la guerra
22. ¿Qué piensa usted del polémico premio a la Concordia de este año otorgado a la autora de Harry Potter?
¿La concordia? No lo sé. Pregúntele a la autora qué tal son las relaciones de concordia con su señor padre, a quien aún no ha dado ni un penique. A mí me encantaría ser el rey de la concordia multimillonario. Así cualquiera reparte concordia.
23. Está un poco soso este encuentro. Anda, dinos algo de Lucía Etxebarría.
Ya veo que pides un poco más de carnaza. No sé, no me gusta hablar mal de la gente, es poco elegante, ("nada diré sobre su egolatría, su furor mediópata..) Ya sabes, las relaciones literarias son a veces encarnizadas. Pero yo le debo algo a Lucía. A su rebufo se habló un poco de mí. Que hablen bien lo mal.... lo peor es el silencio. Es un poco broma, pero algo queda.
24. ¿Cómo demuestra el entusiasmo una editorial por una novela? ¿Haciendo la «ola», gritando «Valiño, cojonudo, como tú no hay ninguno»? ;)
Creo que puedes mejorar la pregunta, ánimo.
25. Por qué parece que todos los escritores jóvenes españoles sois coleguitas, os queréis mucho y no podéis vivir sin recomendaros mutuamente en artículos y conferencias?
Qué va, hay mucho cainismo. Encontrar amigos que se alegren de tus éxitos no es fácil.
26. Habla usted de Cortázar. ¿Le gusta Rayuela? No cree que está un poco sobrevalorada?
Rayuela nunca estará sobrevalorada. Más lo está El Ulises de Joyce, por ejemplo.
27. Tienes página web? Por qué no? Por qué sí?
Nunca me planteé que alguien quisiera meterse en una página web a la que yo perteneciera (o me representara). Yo mismo no consultaría esa página web.
28. ¿Sabrías enamorarme con palabras? Azucena.
Claro que sí, guapa. Te invito a una copa esta noche
29. ¿Cómo valoras la actual situación de la narrativa española?
Yo no soy quién para juzgarla, porque es tan compleja, abigarrada, y hay tantos autores que publican con tanta rapidez y voracidad que tendría que leer mucho más rápido y dedicar mucho más tiempo a abrirme entre esta jungla para tener cierta visión. A mí me gustan muchos autores. Ahora estoy leyendo una maravillosa novela de Ignacio Martínez de Pisón: El tiempo de las mujeres. La novela no ha muerto. Está más viva que nunca
30. ¿Cuánto vales, Valiño?
¿Que cuánto valgo? Otra pregunta que me deja sin capacidad de respuesta.
31. Hola, no tengo ni idea de filosofía ¿me gustaría tu novela?
Espero que sí, aunque no puedo garantizártelo, no me dejaría cortar la mano si no te gusta, por ejemplo, pero me apostaría una comida en el mejor restaurante a que te gusta.
32. ¿Fue difícil publicar su primera novela? Porque las editoriales son un "sin palabras" de lo más injusto a veces.
A mí me rechazaron mi primera novela en todas las editoriales de España, y la segunda en la mitad (en la otra mitad ya no probé). Pero es algo inevitable, es la tortura por la que todo buen escritor debe pasar. Si aun así quieres seguir, es que estás lo suficientemente loco. En caso afirmativo, a lo mejor estás en el buen camino. Ánimo
33. No espero que esta intervención se publique, pero tú también podrías mejorar tu sentido del humor. Con todo, leeré tu novela.
Perdona mi pésimo sentido del humor. A ver si aprendo de Aristófanes
34. ¿Quién es, en tu opinión, el mejor escritor/a del momento?
Ni idea. Algunos me parecen tan buenos que dudo que pueda haber uno mejor, pero éste siempre acaba asomando para romperte los esquemas
Despedida
Vale, troncos, esto ha sido todo, gracias por vuestras estupendas preguntas, ha sido un placer. Que se repita. Un abrazo a todos y todas. Nacho G.V,.
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