Tras impresionarnos en la tertulia amiga con Sukkwan Island de David Vann, se puede leer la correspondiente entrada, María José nos propuso en estra tertulia, concretamente en la de Tierra desacostumbrada de Jhumpa Lahiri, Caribou Island del mismo autor, una vez realizada la tertulia,con su debida entrada, propuso, para así cerrar la trilogía,Tierra. La historia no acaba aquí ya que su interés la llevo a localizar, en biblioteca, y proponernos, por su interés, Leyenda de un suicidio primera publicación en español de David Vann en la que Sukkwan Islan está arropada de cinco relatos de los que más abajo escribiremos.
Tras los fríos y solitarios paisajes de Alaska, David Vann nos transporta a la tórrida y habitada Californa, sin que esto signifique que la climatología y el entorno geográfico dejen de ser elementos muy importantes en la historia. La tierra, tierra californiana, que aparece en el título embadurna esta historia y a los personajes dificultándoles la respiración y el desenvolvimiento libre. Ésta parece simbolizar las dificultades que las relaciones humanas familiares suponen para el desarrollo de los personajes. En especial la maternidad posesiva y, de forma sugerida, incestuosa, frenen y dificultan la conquista de la madurez por parte del personaje principal que tiene en su prima el referente erótico que se devuelve en forma de manifestación de control. El dinero subyace en toda la trama como instrumento de poder, de forma parecida a la utilización del sexo por parte de la prima. La abuela desmemoriada y despistada nos muestra una manifestación más de la tierra, polvo que somos y seremos, y su futilidad.
El viernes 17 de abril de 2015, a las 21,30 horas nos encontramos en la ca calle Serrano, a la altura del número 82, en la tasca conocida como Serrano 82 (no me explico la razón de su nombre). Calola, Domingo. Lourdes, Maive y María José. Allí disfrutamos de conversación, tranquilidad y buena compañía hasta que llego una tropa de gente que nos dificultó la audición. La comida fue excelente y con una más qu satisfactoria relación de calidad-precio: almogrote, champiñones rellenos de jamón y queso, saquitos de langostinos y otros de queso, ensalada de berros, solomillo con salsa de queso majorero, tarta de galletas(tarta marquesa), brownie y vino tinto Rivera del Duero Ebeia. Todo esto por 17 euros.
La tertulia fue amena y sin pausa. Maive mostró su admiración por los efectos que le causó la obra, coincidencia de todos lo demás. Tras analizar en entorno, lugar y climatología, entramos en los personajes y cómo el desquicie provocado por las urgencias inmediatas les hacía perder el norte de lo importante de sus vidas, esto se manifestaba en el interés por el dinero y poder que no les dejaba disfrutar ni desarrollar sus potencialidades. La tierra tórrida con sus nogales tenía como contrapunto los alrededores de una cabaña de campo, otra vez la cabaña en David Vann, con un riachuelo y senderos boscosos. Pero sólo fue un paréntesis y una promesa vana ya que las tensiones afloran en forma de violencia. El proceso de construcción que en otras novelas de David Vann parece el mcgufin conductor aquí se invierte, de forma que el cobertizo es destruido de forma pausada pero progresiva para culminar en muerte y, de esta forma, seguir el ciclo. Se valoró las acciones de los personajes en una escala que iba de malo a peor, no escapó ni el apuntador de las crítica a las miserias humanas que el autor nos ofrece. Eso sí: en un envoltorio formal que nos atrae por su capacidad expresiva y la oferta de un vocabulario enriquecedor pero que no es obstáculo para la fluidez de la lectura. Otra novedad de esta obra es la introducción de elementos oníricos quenos muestran el pensamiento demente del personaje principal. Lo que no es novedad, y se agradece, es lo familiar de los personajes ya habituales, sacados de la realidad, pero recreados en la ficción.
Parecía imposible que leer más de David Vann, pero María José localizó en una biblioteca el ya descatalogado Leyenda de un suicidio, y, por supuesto, lo leímos. Agrada de forma especial la naturalidad en que se engarzan las palabras y frases para introducirnos, una vez más, en el universo familiar del autor en el que siempre están presentes la violencia contrarrestadas por el impulso vital simbolizado en las construcciones. La obra central y más larga es Sukwan Islan que ya leímos y comentamos la gran impresión que nos motivó a leer la obra competa de este autor publicada en español. El personaje principal de este relato, podemos suponer a nuestro autor de niño haciendo lo que nunca hizo, parece ser el conducto y , a veces, narrador en primera persona de los otros relatos que tienen, por tanto, un fuerte componente de autobiografía, niñez, evolución, juventud, recuerdo en el que reconocemos a la familia ya habitual en las obras de Vann. Al tratarse de relatos el halo poético se intensifica, más en los referidos al niño o a la recuperación de la memoria, al tiempo que se economizan recursos: los relatos son un combate que se gana por ko, no por asaltos que sería el caso de lanovela, no transmitió Hernest Hemminway.
Icitología nos muestra las memorias de un niño en relación con su afición a los peces y peceras. Rhoda nos relata la boda de su madre. En Una leyenda de hombres buenos el autor nos relata las distintas parejas de su madre tras su separación. Ketchikan es un relato de vuelta a la ciudad de la infancia y a los personajes que intervinieron en la infidelidad de su padre que su puso la separación con su madre. Esto sigue en El azul del cielo en el que, en primera persona, se revisita a los personajes-personas de su padre y de su madre. En todos estos relatos se trasluce la compasión y cariño que el autor, en ocasiones narrador, siente a sus personajes víctimas de su escrupuloso, pero amoroso, análisis. El libro está dedicado a su padre suicida y el mayor de los agradecimientos es para su madrastra que le contaba las historias.
elplacerdelalectura.com nos ofrece esta reseña y nota biográfica del autor:
Tierra de David Vann
¿Sería tal trama sostenible sin la inhóspita Alaska? ¿Es la naturaleza el atrezzo o es la protagonista? Las mismas preguntas pueden ser aplicables al magnetismo del suicidio. El resultado, con seguridad, lo determinarán sus próximas obras.
Así me expresaba año y medio atrás después de reseñar Caribou Islandsobre las virtudes de David Vann. Ahora con Tierra empiezo a vislumbrar algunas respuestas aunque prefiero seguir disfrutando de las dudas anteriores.
La razón es sencilla, el paisaje, el medio natural como protagonista sigue teniendo su papel preponderante. La muerte sobrevuela la novela siendo la tierra del título un símbolo de la misma (en Caribou Island el símbolo era la cabaña). Y algo de lo que no hablaba en el corolario anterior, las relaciones familiares -de pareja en las anteriores, madre e hijo en esta- tallan con gubia el tempo de toda la trama.
1985. Galen vive en la desértica California con su madre a la espera de ir a la universidad. Diversas razones retrasan el viaje, la actitud posesiva de la madre, los motivos económicos y la abuela que comienza a demostrar un estado avanzado de Alzheimer en la residencia donde está recluida. Galen se apoya en la espiritualidad de Gibran, las relecturas de Juan Salvador Gaviota y cualquier trasunto como el hambre misma para darle sentido a la vida. Algo inasible que el carácter de su madre, su abuela y su tia siempre descabalan. El ‘samsara’ la desazón que él siente al no progresar y más aún al desear a su prima Jennifer de continuo lo sacan de sus casillas.
En este punto Vann demuestra sus dotes narrativas. Empieza a estrechar las paredes. Encierra a todos los personajes en un viaje y una cabaña -de nuevo- donde agobiados por el espacio, el clima, y las tensiones familiares explota todo.
La segunda mitad del libro da un giro radical partiendo del regreso de Galen y su madre dejando al lector sin aliento hasta el final.
Si Caribou Island era un libro cerrado Tierra es una obra abierta. Una ventana de unos pocos días en la que lo importante es el presente, tallado por un pasado que solo intuimos y por un futuro incierto que Vann deja a nuestro entender.
Un escritor duro y fuerte con una narrativa potente que de nuevo consigue sacar a la luz esos apéndices feos y retorcidos que componen nuestra vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario