lunes, 16 de junio de 2014

"¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? de Philip k. Dick.

Lecturalia nos invita a leer el libro de la próxima tertulia.
¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?

¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?

Philip K. Dick

Título alternativo: Blade Runner
Título original: Do Androids Dreams of Electric Sheep?
Editorial: Edhasa
Año publicación: 2008 (1968)
Traducción por: César Terrón
eBook ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? de Philip K. Dick

  ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? de Philip K. Dick:

Una de las mejores novelas de Philip K. Dick, y sin duda la más leída, esta obra es una alucinante pesadilla tecnológica, cuyo tema principal es el impreciso límite entre lo natural y lo artificial. En un mundo devastado, lleno de restos tecnológicos y bloques de apartamento vacíos, Rick Deckard es un cazador mercenario cuya tarea consiste en retirar de la circulación a los androides rebeldes, profesión que es causa también de no pocos problemas con su esposa. Sin embargo, los nuevos Nexus-6 son androides con características especiales, casi humanos, lo que dificulta notablemente su labor y puede llevarle a enfrentarse a problemas que es incapaz de imaginar siquiera. En esta espléndida novela se basó Ridley Scott para su película Blade Runner, un hito en el género de la ciencia ficción que recrea con lógica implacable algunas de las características del mundo de nuestros días y plantea una serie de temas de plena actualidad.

        Nos reunimos el viernes 5 de septiembre de 2014, con la novedad, poco relevante, de lograr la paridad sin necesitar ninguna reforma jurídica. Maive, Luis, Domingo, Enrique, Lourdes, María José, Ángeles y Tomás, el mismo número de mujeres que de hombres coincidieron, sin dificultad excepto Maive, en el espacio de El Bisoñé y en el tiempo, muy agradable, del viernes. La noche estaba de acuerdo en recibirnos con tanta amabilidad como las encargadas del restaurante que nos mostraron un espacio que merece, de forma sobrada, el honroso nombre de museo.
      Tras las correspondientes batallitas veraniegas llegamos a los postres y nos fuimos.
         Menos mal que Maive insistió en que se había leído el libro y que quería hablar de su libro. De forma que complacimos sus deseos y Luis expuso su distanciamiento ante unos personajes que no le facilitaban la posibilidad de empatizar. La ausente Begoña mantuvo, vía whatsapp, la misma opinión hasta el punto de abandonar la lectura. A pesar de la falta de simpatía hacia los personajes, Luis se aprendió el libro y nos repasó varias de las situaciones más relevantes. Maive se centró en las distintas funciones que en la obra tienen los animales domésticos, así señaló que no sólo eran objeto de valor, cambio, y por lo tanto, de estatus, sino que también significaban lo autentico, lo natural, el reducto último de la no destrucción que significaba su antítesis el koppler. María José, que ya propuso para la tertulia de la competencia otra obra del autor, Confesiones de un artista de mierda, destacó algunos aspectos de su biografía que podían coincidir con algún personaje. Lourdes, que también vio la película, Blade Runner, expuso la importancia de esta obra en le cine, cosa que ya pusimos de manifiesto en otra entrada de este blog.
           Tras el diálogo se concluyó que el género despierta cierta antipatía, por lo que la obra de ciencia ficción del autor se verá en las muchas películas en las que se ha adaptado, pero que la lectura, a pesar de pretender dar más libertad para el tratamiento de los temas humanos, genera un distanciamiento que no facilita la comunicación.

lunes, 9 de junio de 2014

"Niños en el tiempo" de Ricardo Menéndez Salmón.


     El viernes 6 de junio de 2014 nos reunimos, los ya fieles héroes tertulianos, Maive, María José, Domingo y, como refuerzo de última hora, Enrique en La Princesa y el guisante, en la calle Tabares de Cala en La Laguna. Allí disfrutamos de unas lentejas thai picantes, dahl, sobre tortas papadam, entraña(muy hecha) con peculiar salsa chumichurri, croquetas de campeonato del mundo, casi líquidas en su interior y crugientes por fuera, de bacon, huevo y espinacas, conejo a la mostaza con papas sancochadas. El vino, Teófilo Reyes, de los que más me han gustado. Acabamos con varios postres. Todo ello por menos de 20 euros.
     La lectura de esta obra tripartita no despertó demasiado entusiasmo pero, como siempre, la aprovechamos. Al estar compuesta de tres partes bien diferenciadas, personajes, e incluso estilos diferentes, ofrecía la posibilidad de opinar de forma distintas sobre una u otra parte. En general, el esfuerzo que se manifiesta en su forma nos pareció excesivo y muy evidente. Destacamos la parte central en que por la originalidad de investigar en la vida de Jesús, sobre lo "no escrito" por los evangelios, y aparecer el escritor-narrador como personaje dubitativo en su proceso creativo nos invita a cierta ironía y participación en la reconstrucción de una historia por todos conocida. Lo que más nos chocó que esta participación y complicidad se ve enturbiada por la introducción de términos que rozan lo presuntuoso y nos hacía recurrir al diccionario de forma molesta. María José ofreció sus subrayados y el control sobre el texto que ya tenemos como habitual.
     Maive optó por la triste primera parte. El dolor de los personajes por la pérdida de un hijo se nos hace cercano al tiempo que vivimos la disolución de la pareja y un final abierto que cada cuál interpretó a su manera.
     La última parte, tercera, seguía con el hilo conductor del padre-esposo de la primera, escritor en la segunda y retirado en la isla de Creta en la tercera. Maive destacó el camino inverso del niño en el tiempo pasando de muerto reciente, en la primera parte, a niño Jesús, en la segunda y para acabar de bichito, aún no nato, en la tercera. 
     Dio la impresión de que no le captamos el sentido último y fundamental a la obra, aún así la disfrutamos tanto en la singularidad de cada uno de los tres relatos como del conjunto y las relaciones que se establecen, que establecimos, entre ellos. En cualquiera de los casos pasamos un rato agradable en el que apenas recordamos La luz es más antigua que el amor,del mismo autor que ya habíamos comentado en la tertulia. Para terminar Maive sugirió ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? que conecta con la propuesta que María José hizo para la otra tertulia, Confesiones de un artista de mierda, de Philip k. Dick.