jueves, 15 de octubre de 2009

La soledad de los números primos de Paolo Giordano...





Lecturalia...



Paolo Giordano se ha convertido, hoy por hoy, en el fenómeno editorial más relevante de los últimos años en Italia. Con tan sólo veintiséis años, "La soledad de los números primos", ópera prima de este recién licenciado en Física Teórica, ha sido galardonada con el premio Strega 2008 y ha conseguido un éxito de ventas sin precedentes para una primera novela. Asimismo, ha despertado un gran interés internacional y será traducido a veintitrés idiomas.


Como introducción a esta excepcional novela, dejemos al texto hablar por sí mismo: «En una clase de primer curso Mattia había estudiado que entre los números primos hay algunos aún más especiales. Los matemáticos los llaman números primos gemelos: son parejas de números primos que están juntos, o mejor dicho, casi juntos, pues entre ellos media siempre un número par que los impide tocarse de verdad. Números como el 11 y el 13, el 17 y el 19, o el 41 y el 43. Mattia pensaba que Alice y él eran así, dos primos gemelos, solos y perdidos, juntos pero no lo bastante para tocarse de verdad.»


Esta bella metáfora es la clave de la dolorosa y conmovedora historia de Alice y Mattia. Una mañana fría, de niebla espesa, Alice sufre un grave accidente de esquí. Si la firmeza y madurez con que este joven autor desarrolla el tono narrativo impresiona y sorprende, no menos admirable es su valor es su valor para asomarse sin complejos, nada más y nada menos, a la esencia de la soledad.

Vídeo: Paolo Giordano intervistato dalla giovane scrittrice Federica Manzon al Festivaletteratura di Mantova 2008.

L'incontro con l'autore di "La solitudine dei numeri primi" e' stato uno degli eventi piu' seguiti del festival di quest'anno.










Nos vimos un viernes 18 de septiembre de 2009... un viernes ya de cansancio y tensiones laborales....pero la temperatura agradable la maresía del Paseo Marítimo entre Caletillas y Puntalarga y la buena compañía hizo que muecas de disgusto y algún tic nervioso se convirtieran en más que sonrisas carcajadas. A esto ayudó unas cañas y un vinito blanco que colaboraron la misión imposible de digerir parte del banco pesquero canario-sahariano, que tuvimos que repartir tras un fácil acuerdo pesquero porque morenas, viejas, cabrillas, pulpos, calamares, chopitos.....que nos sirvieron el en retaurante El Bodegón a un precio razonable no cabían en los estómagos y se tuvo que recurrir a los recipientes de plástico.




La buena presencia que tan dispuesta estaba al buen parlar la componían: Isabel, Domingo, Ángeles, Carmen Rosa, Conchy, Ana, María José, Amalia y una amiga de ella que espero me perdone el no recordar su nombre (tengo muy buena memoria pero ahora no sé donde la dejé). El orden de enumeración se establece en función de la cantidad hablada, la cantidad escuchada no sirve como criterio de ordenación porque no me acuerdo de como se manejaban los decimales al lado de un cero. Lo que ya sé es qué son los números primos. Las ausencias no sólo fueron dolorosas sino también justificadas (no dan lugar a apercibimiento): en primer lugar Amparo por cuestiones de salud, Rafa por nadar en Lanzarote-Graciosa, Luís por problemas de salud de su madre, Begoña y su troupe por cansancio y lejanía, Mercedes por visita inesperada. Ante tan numerosas y lamentables ausencias propongo que se grabe y se cuelguen en este espacio virtual la próxima tertulia, si es que existe tecnología capaz de procesar tamaña información.




El comentario del libro fue, como ya es habitual en nuestra tertulia, un jolgorio de múltiples conversiones que se cruzaban en un follón divertido y distendido. Algún ingenuo y pretencioso intentó poner orden a lo que se le respondió adecuadamente invitándolo a que fuese el único que se callase. Aún así Ángeles pudo exponer a un paciente camarero sordo su parecer de que la obra no tenía la consistencia y sustancia que esperaba, normal dada la juventud y bisoñés del autor y que parecía un ejercicio de creación literaria(de la escuela de Alessandro Barico), los demás asintieron (era el momento en que el camarero ofrecía otra botella de vino) e incluso Domingo planteó que le molestaba la sensación de que el autor jugara con el lector ofreciéndole ciertas dosis de esperanza en una situación en que los personajes parecían sujetos a un destino inevitable (la concurrencia mostró su acuerdo con la posibilidad de un popurrí de postres). Isabel que no había dicho nada carraspeó para calentar las cuerdas vocales y lamentar la injusta ubicación de este libro entre las lecturas del Departamento de Filosofía ya que se encontraba entre La nieta del señor Linh y Pudor de Santiago Roncagliolo, la primera por la belleza en el tratamiento de la comunicación no lingüística y el segundo por la desnudez en plantear la incomunicación, su compañero de Departamento dijo que sí a una copa grande de orujo.



Se echó especialmente de menos a Mercedes que había defendido la lectura de este libro comentando que le había llegado al corazón y que describía los ambientes haciendo al lector participar de las situaciones con la habilidad de pasar de descripciones macro, generales, a pasar sin sobresaltos a pequeños detalles, primerísimos planos. Al tiempo que lo límites de las situaciones que determinaron la infancia y desarrollo de los personajes permitía el destilado de las emociones humanas y, a pesar, de lo extremo de los personajes identificarnos con situaciones que en distinta escala nos son habituales. Otro elemento que nos pareció interesante fue la introducción final de algún posible personaje desaparecido y de la intriga abierta y no cerrada que nos hizo pensar en Paul Auster.



Lo cierto es que gustase o no el libro disfrutamos de su lectura, incluso en los casos en que no gustó, y estamos seguros que de este autor leeremos novedades que quizás no sean tan vendidas pero sí más aprovechables. La jornada se acabó con el ritual acostumbrado de estar varias horas de pié hablando y hablado sin saber como despedirnos, cosa que le pasa ahora al que esto escribe.....pero sentado.

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