martes, 1 de diciembre de 2015

"Trece tristes trances" de Albert Sánchez Piñol.


     Al degustar un nuevo guiso solemos pretender asociar su sabor a otro ya reconocido y parecido. Lo mismo sucede con las experiencias vitales a las que les buscamos una referencia anterior que le de sentido y significado. Con todo esto puede ser que la vida se convierta en un continuo dejà vu en el que rememoremos lo ya vivido, saboreado o leído buscando excusas para revolcarnos en recuerdos. 
     Este bucle se rompe con obras como las de Albert Sánchez Piñol que te sugiere múltiples senderos que inicias y recorres hasta desecharlo. Esto,  parece una objeción, no lo es tanto ya que te permite disfrutar las posibles referencias hasta que las deseches porque lo que parece una mezcla es la síntesis de un elemento nuevo.
       La sorpresa a la que nos referimos se produjo por primera vez con la Piel fría. La evocación de las novelas clásicas de aventuras se transmuta en una reflexión soterrada sobre lo humano y lo otro, al menos en un sentido térmico, mediante una estructura aparentemente sencilla que encierra un profundo sentido circular del tiempo.
       Durante un verano me reencontré con Albert en la forma de un relato veraniego del suplemento dominical de El País, en esa colección también publicaron un relato ambientado en Lanzarote de Josefina Aldecoa. El relato, en consonancia con la Piel fría, me resultó una fábula sobre la condición humana, y no humana, una reflexión sobre uno y sobre utilizando la fórmula de un cuento de personajes en forma de arquetipos ambientado en una Cataluña rural, paleta cateta. Su utilidad para la materia de Ética fue inmediatamete explotada hasta el punto que se convirtio en un texto utilizado curso tras curso. María José, durante este curso, fue encargada de dar Ética en su instituto por lo que me pidió materiales, entre ellos le pasé este cuento que sirvió para iniciar una investigación sobre sus publicaciones que la llevo a esta publicación. En esta obra el cuento referido Cuando caían hombres de la Luna iniciaba una lista de trece Trece tristes trances que enumero y reseño esperando encontrar los elemento comunes, más allá del autor común.
     Tras el ya comentado Cuando caían hombres de la Luna nos ofrece La nave de los locos en la que un náufrago encuentra su salvación en un barco repleto de los monstruos humanos más deformes imaginables. La ironía sobre las diferencias entre las distintas secciones de una internacional de izquierda puede resolverse, o no, mediante un mensaje extraterrestre en La solidaridad que vino de las estrellas. La ley de la selva muestra el peculiar sentido de la justicia que algún pueblo africano practicaría sobre los maltratadores de mujeres, lo utilizaremos en Ética. De chiquitín, tos de mastín; más adelante pata de elefante no enseña la malformación, casi metamorfosis, que sirve de excusa para hacernos reflexionar sobre lo extraño. Entre el cielo y el infierno nos describe como una persona normal cree estar en el vientre de una ballena que lo conduce a un infierno no previsto. Tito es un liberto romano que compra su nobleza que muestra con orgullo en forma de máscaras fúnebres para camuflar su inutilidad. El espantapájaros que amaba a los pájaros nos muestra esta dolorosa paradoja dándo voz a los pájaros y al espantapájaros para revivir el dolor de los amores imposibles. Nunca compres churros en domingo nos vuelve a retornar a Kafka para sufrir la pesadilla de un domingo en que la solidaridad se convierte en pesadilla. El Rey de Reyes y las dos ciudades enseña las negociaciones sobre botines de guerra. El armario misterioso que esconde y ofrece los más íntimos deseos de uno o de cada uno de los miembros de una pareja que interpelan: Sólo dime si aún me quieres.
       Parece que estos trece relatos no esconden que comparten el interés por reflexionar sobre el ser humano y sus motivaciones desde un espacio de libertad, libre de los prejuicios que siempre suponen contextualizar personajes, de la fabula y la fantasía que más que alejarnos de la realidad, nos sumergen en ella ampliada y subrayada. 





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