Lecturalia.
La jueza Lola MacHor, durante un congreso en Barcelona,recibe en su hotel un manuscrito en el que un individuo, que se hace llamar Rodrigo, le hace partícipe de su macabro experimento: cometer una serie de asesinatos para poner a prueba su cordura.
Lo que parecía una broma de mal gusto, pronto se traduce en un juego mortal al descubrir el rastro de una oleada de crímenes, metódicamente ejecutados, a lo largo y ancho del globo. Con la ayuda de su marido y del inspector Iturri, MacHor se enfrentará a uno de los casos más insólitos y complejos de su carrera: detener a Rodrigo sin disponer apenas de ninguna pista sobre su identidad.
Vídeo: "Yo soy mi propio experimento. Voy a ver si matando me vuelvo loco". 09 de septiembre de 2010. Esta es la sinistra perspectiva del personaje creado por Reyes Calderón en su nueva obra "El último paciente del doctor Wilson". Un libro en el que la autora plantea la inquietante pregunta de cómo se forja un asesino, la ineludible reflexión de cuántas veces es posible matar sin perder la cordura.
La jueza Lola MacHor, durante un congreso en Barcelona,recibe en su hotel un manuscrito en el que un individuo, que se hace llamar Rodrigo, le hace partícipe de su macabro experimento: cometer una serie de asesinatos para poner a prueba su cordura.
Lo que parecía una broma de mal gusto, pronto se traduce en un juego mortal al descubrir el rastro de una oleada de crímenes, metódicamente ejecutados, a lo largo y ancho del globo. Con la ayuda de su marido y del inspector Iturri, MacHor se enfrentará a uno de los casos más insólitos y complejos de su carrera: detener a Rodrigo sin disponer apenas de ninguna pista sobre su identidad.
Vídeo: "Yo soy mi propio experimento. Voy a ver si matando me vuelvo loco". 09 de septiembre de 2010. Esta es la sinistra perspectiva del personaje creado por Reyes Calderón en su nueva obra "El último paciente del doctor Wilson". Un libro en el que la autora plantea la inquietante pregunta de cómo se forja un asesino, la ineludible reflexión de cuántas veces es posible matar sin perder la cordura.
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