martes, 6 de septiembre de 2016

Tomás Moro.

     Muy complicado es ser santo, aunque cada vez lo sea menos y se reconozca antes, pero lo que puede dar risa es que, en estos momentos post-post-preelectorales, descubramos un santo que no sólo lo es, incluso mártir, sino que además es el patrón de los políticos y gobernantes. Risa provocada también por su humano sentido del humor que junto a su pragmatismo en el ejercicio del poder, Canciller y Lord, no le impidió imaginar un lugar, isla, en el que pudiera habitar la utopía. Este santo, estadista, escritor , practicante de la risa nos trae, además, un magnífico retrato de Hans Holbein, el joven o la posterior copia realizada por Rubens.

Ser esenciales nos ofrece estas bienaventuranzas de Santo Tomás Moro que quizás nos ayuden a acercarnos ala santidad cotidiana, más ahora que volvemos de las vacaciones. Muchas gracias.

Bienaventuranzas de santo Tomás Moro

14 ENERO, 2012

Se titulan “El Gusto de vivir” y fueron escritas por Santo Tomás Moro (1478-1535), político y escritor inglés, conocido por su postura contraria a la ruptura del rey Enrique VIII con la Iglesia Católica, que le costó la vida.

EL GUSTO DE VIVIR
– Bienaventurados los que saben reírse de sí mismos, porque tendrán diversión para rato.
– Bienaventurados los que saben distinguir una montaña de una piedra, porque se evitarán muchos inconvenientes.
-Bienaventurados los que saben descansar y dormir sin buscarse excusas: llegarán a ser sabios.
-Bienaventurados los que saben escuchar y callar: aprenderán cosas nuevas.
– Bienaventurados los que son suficientemente inteligentes como para no tomarse en serio: serán apreciados por los que les rodean.
– Bienaventurados los que están atentos a las necesidades de los demás sin sentirse indispensables: serán fuente de alegría
– Bienaventurados los que saben mirar sabiamente a las cosas pequeñas y tranquilamente a las importantes: llegarán lejos en la vida.
Bienaventurados los que saben apreciar una sonrisa y olvidar un desaire: su camino estará lleno de luz.
– Bienaventurados los que saben apreciar benévolamente a los demás, aun en contra de las apariencias: serán tomados por ingenuos, pero este es el precio de la caridad.
– Bienaventurados los que piensan antes de actuar y rezan antes de pensar: evitarán muchas tonterías.
-Bienaventurados los que saben reconocer a Dios en todos los hombres, habrán encontrado la verdadera luz y la auténtica sabiduría.

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