martes, 7 de octubre de 2014

Envueltos en el abrigo de Soledad Puértolas.


     Ana nos comenta que el libro es envolvente. Nada mejor para comenzar el otoño, incluso echo de menos la impermeabilidad ante estas primeras lluvias. Como ya sabemos, esto de leer no sólo no es imprescindible sino que puede ser señal de que no se hace lo que de verdad importa. Si eso decimos de leer qué podríamos llegar a decir sobre
el ponernos a escribir. Lo de escribir ya deja claro lo vacuo de la vida y lo de no saber hacer nada mejor, más útil y , por supuesto, divertido.

    Tras leer el libro y compartir este placer se nos ocurrió a María José y a mí,  a propuesta de  Maive, buscar y concretar por escrito los personajes y sus vínculos. Empresa incompleta pero esperamos que sugerente que sirva como invitación a la corrección y completud.
     El personaje del que partimos es al padre, fotógrafo, Florencio Campos.
     Su familia numerosa empieza por Mar la que busca el abrigo, casada con Pablo y con dos hijas. 
        Blanca, su hermana, vive sola,separada, con su perra Tasia viaja a Venecia con Elena, recepcionista, y una modelo, Amalia.
     Malica, otra hermana, es la ex de Roberto Enciso que se encuentra en el parque con una chica. Esta pareja pone una boutique de pan en un pueblo, aunque la ocupación predilecta de ella es la dirección de películas, desea hacer un documental sobre las villas de los pueblos.
      Estrella es otra hermana a las que se le suman cinco hermanos más: Julio pareja de Gracia, ésta se encuentra en un parque con Rubén Torres, amigo de Roberto Enciso. Ignacio emparejado con Mariló, y otros tres que si se acuerda podemos añadir a la lista.

    Además de la familia Campos tenemos una curiosa pareja Mabel Torres y Borja. Ella le demanda un día de asueto en la pareja, una especie de día sabático o asuntos propios, en la pareja. Ella lo aprovecha haciendo lo que quiere, incluso estar con las amigas, culminando con la cena con un señor que si alguien identifica lo podemos poner aquí. Él pasa ese día en un hotel llegando a intimar con una recepcionista que es Elena, compañera de viaje a Venecia de Blanca. Mabel, hermana de Rubén Torres, tiene una admiración casi amorosa  por un médico, Máximo Bermúdez, que termina volviéndose loco y abandonando a sus pacientes. Mabel tiene una relación pasajera con Augusto Riofrío con quien vuelve a quedar para comer en uno de sus día libres, el resultado no es esperanzador. El fotógrafo de toda la vida de la familia de Augusto es Florencio Campos.
   

     Florencio Campos realiza una foto de infancia en un tiempo remoto que podemos considerar el inicio del relato, en esa foto aparecen dos niños que son Julián Morales y Celedonio Covaledo (Cecé). Éste es tan insignificante hasta el punto que llega a desaparecer, siendo encontrado por su mujer, Dolores Salcedo, mujer de familia rica que tras este acontecimiento monta una casa de acogida siguiendo la tradición de su familia de ayudar a a los pobres. Esta familia procede del pueblo en el que Malica instala su boutique del pan y, siguiendo la tradición de familia rica, contrata a  Celia para cuidar sus hijos. Esta Celia es titulada universitaria con hermana gemela anoréxica por mal de amores recibiendo atenciones médicas a cargo de la familia Salcedo. Celia en la ciudad vive en una habitación alquilada a Mimí que está enrollada con Morales. Celia se acuesta, sólo se acuesta, con Rober que vive en otra habitación alquilada a Mimí y que anteriormente había vivido en un hotelucho de Manhatan cerca del Hudson en el que coincidió con una yonqui, Jane. Florencio y Mimí viven en un edificio en el que la portera es Palmira que al final del tiempo narrado por la novela pone una tienda de arreglos de ropa. Palmira junto con Mimí cierran el grifo de casa de Florencio. Palmira parece ser la receptora final del abrigo del título. Ignació, de pequeño, perseguía a Mimí por la calle y eran vecinos.
      Daniel Extremera, novio de Irene, ilustradora gráfica, separada con dos niños y perro, se va a vivir con su novia que hace obras para adecuar la casa al nuevo habitante. Dani coincide como vecino de asiento con Augusto Riofrío en un viaje a Manchester.
       Ramiro Hornos es amigo de Aususto y de Luís Ramirez, compañero de carrera de Irene que coincide con Blanca en la Casa de Campo con los perros. Este personaje se caracteriza por tener éxito con las mujeres, producto de una estrategia basada en no hacer nada sino dar largas lo que provoca interés. Tuvo problemas de alcoholismo y es sobrino de Joaquín Palacios, joyero al que le lleva un compañero de trabajo, Vicente y su mujer Dora,  con una joya, de origen no del todo aclarado, para una tasación. Este personaje, Joaquín Placios, joyero ya mayor despierta en mí simpatía ya que parece vivir una madurez sencilla e inocente, lo que no le impide ser un vividor que disfruta de sus placeres como el comer, beber, especialmente en sus viajes a Formentera. Vicente parece haber tenido un lío con Mar y su mujer, Dora, es muy amiga de Malica, incluso fueron juntas a Formentera.




      Un aspecto especialmente interesante del libro es cómo no sólo enlaza y relaciona personajes sino también espacios. Madrid con sus distintos barrios, parques y tiempos atmosféricos y anímicos, se ve animado por el contraste de los viajes. Como a Formentera, espacio idílico para Joaquín. Una Venecia de agencia de viajes para las tres mujeres. Los bares urbanos de Manchester. Una muestra casi completa de los Estados Unidos con el hotel con solitario, drogadicta, con vista sobre el río Hudson, cerca del hospital público en Manhattan y del Chelsea Hotel.


     En Algunas partes del libro se conectan, aparentemente de forma azarosa y sin sentido, obras de creación artística como películas. De forma especial se cita Muerte en Venecia y el episodio Isola de Caro Diario. Además de las fotografías de Richard Avedon.
      
Esta recopilación de personajes y sus relaciones no sólo es incompleta e inacabada, también provisional y a la espera de otras contribuciones que deseamos que nunca lleguen pues serían señal de que no tienen nada mejor que hacer, cosa que compartimos y lamentamos.

     El 10 de octubre de 2014, tras heroica subida en coche, nos pudimos ver las dos Anas, Angeles, Kalola, Domingo, Lourdes, Luis, Maive, María José y Tomás. Diez personas que pagamos con gusto y estómago lleno 17 euros en la Finca Llarena, en un reservado cálido y SILENCIOSO. La comida consistió en tomates aliñados, ropavieja de melva(qué buenos estaban los garbanzos), huevos estrellados con gulas, queso, pan tomaca, carne ibérica a la brasa (los que su amplio estómago permitió comerla destacaron el sabor y textura de su grasa) y dos botellas de Rivera del Duero.
      La conversación pronto se centró en el libro. Algunas tertulianas destacaron la importancia de los personajes femeninos, algunos tertulianos lo corroboraron insistiendo en lo desdibujados y planos de algunos personajes masculinos. La estructura, la construcción arquitectónica de la novela, sorprendió y fue destacada como lo más trabajado de la novela y lo mejor del conjunto. Esta opinión la mantuvieron con especial énfasis Ana y Lourdes. Sin tanta insistencia pero con el homenaje a la complejidad que supone hacer, incluso publicar(esbozo en esta misma entrada), un esquema con los personajes y relaciones Maive por un lado y María José y Domingo por otro intentaron mostrar parte de las relaciones entre los personajes. Maive construyó la metáfora poética de que cada gota contiene todo el océano referida al aspecto de la totalidad cerrada de forma circular con la historia del abrigo y cada uno de los relatos e incluso personajes. Domingo opinó que si bien la red de personajes ofrecía la posibilidad de un juego lógico del que, sin duda, la primera jugadora es la autora, no es lo principal de la novela ya que los ambientes y sentimientos íntimos de los personajes, probablemente, serán el poso que nos quede y la pretensión de la autora de que así sea de forma prioritaria, sin que esto suponga renunciar a la lectura-juego de la maraña ordenada de relaciones. Luis y Tomás ofrecieron unos comentarios interesantes sobre lo perdidos que estaban los personajes, así como en la reiteración, innecesaria de la palabra vacío. 
    Para las propuestas Kalola sugirió los relatos de Jumpha Lahiri recogidos en Tierra desacostumbrada, Domingo planteó que los tres últimos relatos de ese libro tenían personajes e hilo conductor común que podría ser adecuado para una tertulia.  Ana desconocía esta obra, hecho que intentó explicar Domingo diciendo que porque él la había ya propuesto para otra tertulia y se deshechó (está reseñada en este blog). Domingo propuso En la orilla de Rafael Chirbes pero no se atendió la propuesta ante el informe de Lourdes de lo desagradable que le supuso la lectura del primer capítulo. María José propusó al reciente, del día anterior, ayer mismo, Premio Nobel Patrick Modiano y mediante votación organizada por Maive salió elegido para la siguiente tertulia el día 7 de noviembre de 2014.



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