Alguien le regaló este libro a Leny que se lo prestó a Nieves, a su vez Nieves me lo dejó y yo se lo pasé a María José que lo devolvió correctamente, más usado y quizá más vivo. Si no más vivos los lectores de este poema seguro que viven la vida con más intensidad. Y el blanco deja de ser un color para convertirse en fuente de matices. Este cuento poético. Leve y agradable sin empalagar maneja los resortes elementales de una narración lineal pero con un aire poético introducido en la forma y en la inclusión de haikus como presentación de cada capítulo.
Ninguno de los lectores se quejó y todo disfrutaron de su brevedad y del aliento poético que nos inspira para ver la realidad desde una perspectiva distinta a la productiva.
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