jueves, 2 de noviembre de 2017

"Tan poca vida" Hanya Yanagihara.

      Tan poca vida y tanto dolor. La literatura suele ofrecernos historias de superación, verdaderos estímulos para vivir. También estamos acostumbrados, sobre todo en la novela norteamericana, a ambientes culturales selectos con los problemas económicos más que solucionados y que plantean pequeñas tretas para continuar en la brecha. Lo que es excepcional es una novela como la que nos ocupa: una historia que partiendo de la universidad nos ofrece una visión de lo que puede ser la familia contemporánea y que a través de dolorosos saltos atrás nos sugiere un pasado de dolor que determinará la capacidad de disfrutar. El amor, más unido que nunca a la amistad, vencido pero no destruido por las circunstancias.
        La inteligencia, las posibilidades que ofrece a sus élites intelectuales la sociedad de la opulencia, el cariño nacido de la afinidad intelectual génesis de sentimientos amorosos honestos y sacrificados, también disfrutados, no son suficiente para mitigar la herida perenne y continuamente reabierta de una infancia que nunca se suparara. La moraleja parece ser que el intelecto, la economía, la cultura....a pesar de lo valoradas, sobrevaloradas, nunca podrán sustituir la única base de la educación: el amor.


       Ama y haz lo que quieras:
                              si callas, calla por amor;
                              si gritas, grita por amor;
                              si corriges, corrige por amor;
                              si perdonas, perdona por amor...

                                                         Agustín de Hipona.

No hay comentarios:

Publicar un comentario