Charlie me propone leer una novela, 197 páginas, que incluyen de forma enciclopédica todos los elementos de los cuento de miedo: palidez, nocturnidad, indefensión, animales chupados, transfusiones sanguíneas...masas encolerizadas (sí que dan miedo). A esto le añade la autora las claves de una investigación de policíaca, policía que contrata a un detective privado y viejita solterona que procesa toda la información. Todo esto ambientado a en un pueblo francés en una época previa a los vehículos a motor y a la luz eléctrica. Las ilustraciones de Jordi Vila son de un oscuro tenebroso que dejan entrever las situaciones reflejadas en el libro.
La lectura no sólo nos ofrece una apertura a mundos nuevos, sino que además, si se comparte, nos sirven para enriquecer la comunicación con el juego de seguir la trama al paso que los investigadores.
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