Tras impresionarnos en la tertulia amiga con Sukkwan Island de David Vann, se puede leer la correspondiente entrada, María José nos propuso en estra tertulia, concretamente en la de Tierra desacostumbrada de Jhumpa Lahiri, Caribou Island del mismo autor, una vez realizada la tertulia,con su debida entrada, propuso, para así cerrar la trilogía,Tierra. La historia no acaba aquí ya que su interés la llevo a localizar, en biblioteca, y proponernos, por su interés, Leyenda de un suicidio primera publicación en español de David Vann en la que Sukkwan Islan está arropada de cinco relatos de los que más abajo escribiremos.
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El viernes 17 de abril de 2015, a las 21,30 horas nos encontramos en la ca calle Serrano, a la altura del número 82, en la tasca conocida como Serrano 82 (no me explico la razón de su nombre). Calola, Domingo. Lourdes, Maive y María José. Allí disfrutamos de conversación, tranquilidad y buena compañía hasta que llego una tropa de gente que nos dificultó la audición. La comida fue excelente y con una más qu satisfactoria relación de calidad-precio: almogrote, champiñones rellenos de jamón y queso, saquitos de langostinos y otros de queso, ensalada de berros, solomillo con salsa de queso majorero, tarta de galletas(tarta marquesa), brownie y vino tinto Rivera del Duero Ebeia. Todo esto por 17 euros.
La tertulia fue amena y sin pausa. Maive mostró su admiración por los efectos que le causó la obra, coincidencia de todos lo demás. Tras analizar en entorno, lugar y climatología, entramos en los personajes y cómo el desquicie provocado por las urgencias inmediatas les hacía perder el norte de lo importante de sus vidas, esto se manifestaba en el interés por el dinero y poder que no les dejaba disfrutar ni desarrollar sus potencialidades. La tierra tórrida con sus nogales tenía como contrapunto los alrededores de una cabaña de campo, otra vez la cabaña en David Vann, con un riachuelo y senderos boscosos. Pero sólo fue un paréntesis y una promesa vana ya que las tensiones afloran en forma de violencia. El proceso de construcción que en otras novelas de David Vann parece el mcgufin conductor aquí se invierte, de forma que el cobertizo es destruido de forma pausada pero progresiva para culminar en muerte y, de esta forma, seguir el ciclo. Se valoró las acciones de los personajes en una escala que iba de malo a peor, no escapó ni el apuntador de las crítica a las miserias humanas que el autor nos ofrece. Eso sí: en un envoltorio formal que nos atrae por su capacidad expresiva y la oferta de un vocabulario enriquecedor pero que no es obstáculo para la fluidez de la lectura. Otra novedad de esta obra es la introducción de elementos oníricos quenos muestran el pensamiento demente del personaje principal. Lo que no es novedad, y se agradece, es lo familiar de los personajes ya habituales, sacados de la realidad, pero recreados en la ficción.
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elplacerdelalectura.com nos ofrece esta reseña y nota biográfica del autor:
Tierra de David Vann
¿Sería tal trama sostenible sin la inhóspita Alaska? ¿Es la naturaleza el atrezzo o es la protagonista? Las mismas preguntas pueden ser aplicables al magnetismo del suicidio. El resultado, con seguridad, lo determinarán sus próximas obras.
Así me expresaba año y medio atrás después de reseñar Caribou Islandsobre las virtudes de David Vann. Ahora con Tierra empiezo a vislumbrar algunas respuestas aunque prefiero seguir disfrutando de las dudas anteriores.
La razón es sencilla, el paisaje, el medio natural como protagonista sigue teniendo su papel preponderante. La muerte sobrevuela la novela siendo la tierra del título un símbolo de la misma (en Caribou Island el símbolo era la cabaña). Y algo de lo que no hablaba en el corolario anterior, las relaciones familiares -de pareja en las anteriores, madre e hijo en esta- tallan con gubia el tempo de toda la trama.
1985. Galen vive en la desértica California con su madre a la espera de ir a la universidad. Diversas razones retrasan el viaje, la actitud posesiva de la madre, los motivos económicos y la abuela que comienza a demostrar un estado avanzado de Alzheimer en la residencia donde está recluida. Galen se apoya en la espiritualidad de Gibran, las relecturas de Juan Salvador Gaviota y cualquier trasunto como el hambre misma para darle sentido a la vida. Algo inasible que el carácter de su madre, su abuela y su tia siempre descabalan. El ‘samsara’ la desazón que él siente al no progresar y más aún al desear a su prima Jennifer de continuo lo sacan de sus casillas.
En este punto Vann demuestra sus dotes narrativas. Empieza a estrechar las paredes. Encierra a todos los personajes en un viaje y una cabaña -de nuevo- donde agobiados por el espacio, el clima, y las tensiones familiares explota todo.
La segunda mitad del libro da un giro radical partiendo del regreso de Galen y su madre dejando al lector sin aliento hasta el final.
Si Caribou Island era un libro cerrado Tierra es una obra abierta. Una ventana de unos pocos días en la que lo importante es el presente, tallado por un pasado que solo intuimos y por un futuro incierto que Vann deja a nuestro entender.
Un escritor duro y fuerte con una narrativa potente que de nuevo consigue sacar a la luz esos apéndices feos y retorcidos que componen nuestra vida.
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