Literatura actual by Suite 101 ofrece los comentarios que siguen sobre la novela de la próxima tertulia que eperemos se celebre el 8 de junio de 2012 a las 21 horas en Los huevos duros que está enfrente de Los Rodeos en la carretera general del norte.
18-nov-2011
Nicolás Chiesa

Desde la primera línea el lector puede reconocer las marcas de estilo: la ya clásica primera persona con la que escribe Hustvedt; la calidez de su prosa, que sin complejas palabras nunca aparenta un tono coloquial, y la ineludible referencia a su gran obsesión, la mente (temática aquí no desarrollada con la profundidad con la que la autora indaga en La mujer temblorosa).

Sinopsis de El verano sin hombres.
Mía Fredricksen lleva casada tres décadas cuando su esposo Boris le pide la famosa “pausa”. La pausa, explica con triste y cínica complicidad Mía, la narradora, “es joven, por supuesto”, veinte años menor que ella, “francesa, con pelo lacio y brillante”. Y, como podrá imaginar el lector, viene con bonus-track: “pechos notables, no operados”.
Diferentes recursos en la literatura de Hustvedt

Hay también digresiones varias. Sin caer en el enciclopedismo y la erudición de La mujer temblorosa, la escritora recorta estas al mínimo, para lograr efecto y sentido, sin resignar emoción: “Los eleáticos no creían en el cambio, en el movimiento ¿Cuándo algo cesa de ser lo que es y comienza a ser otra cosa? ¿Podemos cambiar y seguir siendo lo mismo?”.
El verano sin hombres, crítica:
¿Volverá Boris? ¿Perderá Pausa su encanto y regresará el hombre a los pies de la abandona Mía? Y si esto sucediera ¿aceptaría Mía? Algunas de estas preguntas sostienen la reducida tensión narrativa. Hasta la mismísima Husvedt bromeará con esto en un extraño párrafo: “Pronto, pensaréis, llegaremos a algún cruce (…) aparecerá la ACCIÓN”. Sin ser un libro feminista ni mucho menos, la novela tendrá, por supuesto bastante de despecho, de burla, de los tópicos que podrían ensalzar cualquier conversación habitual entre mujeres. Entonces a no confundirse, la gracia de El verano sin hombres radica en su autora. Dulce, divertido. Con menores pretensiones, que significa… Qué diablos: amable, pero comparado con las anteriores novelas de Hustvedt, un libro menor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario